La Exxon Mobil contra Venezuela y la Unidad de Nuestra América
El pasado 5 de marzo de 2015 la Exxon Mobil, la transnacional petrolera más poderosa del planeta vinculada a los intereses de Departamento de Estado, la extrema derecha norteamericana y su gran complejo militar-industrial-financiero-comunicacional inició operaciones ilegalmente en el Bloque Stabroek que tiene 26.800 Km2[1] y se encuentra a unos 200 km de la costa que le ubican en aguas territoriales del Esequibo. En este espacio se instaló una plataforma petrolera cuya zona se encuentra en disputa por la República Bolivariana de Venezuela y la República Cooperativa de Guyana.
Esta nueva provocación auspiciada por el imperio norteamericano bajo la intervención de la Exxon Mobil y la complicidad del Gobierno Guyanés David Granger, se constituye en una violación de lo establecido en el Acuerdo de Ginebra de 1966, así como las normas del derecho internacional, pretendiendo generar una situación de conflicto en la región suramericana, y en un ataque directo contra Venezuela, así como a las iniciativas integracionistas suramericanas y caribeñas que se rigen bajo los principios de solidaridad, cooperación y complementación como son los casos de Petrocaribe, ALBA, UNASUR y la CELAC.
La Exxon Mobil es una empresa imperialista en el sector de hidrocarburos que tiene operaciones en más de 40 países, es heredera de la Standard Oil, Esso, Creole, y posee todo un historial de atropellos y de injerencia en Venezuela; además tiene un comportamiento hostil y de prepotencia en el ámbito internacional, especialmente contra de los países productores de petróleo para imponer unilateralmente su política depredadora en el manejo de los recursos naturales. Tiene acusaciones de haber violado la soberanía marítima y territorial de países donde opera, así como leyes constitucionales y ambientales.
Es la misma empresa que con sus métodos violentos e irracionales ocasionó uno de los peores desastres ecológicos del planeta con el buque petrolero Exxon Valdez en Alaska donde se derramaron cientos de miles de barriles de petróleo. En Venezuela, también tiene antecedentes de contradecir las decisiones soberanas de los distintos gobiernos a lo largo de la historia petrolera.
Se debe recordar que la transnacional Exxon Mobil es la misma empresa que durante los años 90 y hasta mediados de la primera década del siglo XXI operó en la Faja Petrolífera del Orinoco y que luego de su nacionalización en mayo del 2007, no acató las leyes venezolanas y demandó a PDVSA luego de finiquitar el convenio operativo al no llegar a un acuerdo con el Estado venezolano.
La Exxon llevó a cabo una serie de acciones judiciales contra PDVSA a través de tribunales internacionales, valiéndose de maniobras con tribunales británicos intentó presionar a PDVSA, demandando a la principal estatal petrolera venezolana por más de 12 mil millones de dólares por la nacionalización del área Cerro Negro donde operaba Exxon Mobil. Posteriormente, la Exxon acudió ante el CIADI (Centro Internacional de Arreglos de Diferencias relativas de Inversiones), en esta instancia PDVSA sale con un arreglo favorable, ya que la transnacional petrolera norteamericana exige una indemnización a PDVSA por 20.000 millones de dólares y el CIADI fallo por 1.500 millones de dólares.
Según el economista, profesor y experto petrolero Carlos Mendoza Potellá[2], la Exxon Mobil es un poderoso instrumento geopolítico de los Estados Unidos para poder asegurar el control de todos los recursos energéticos disponibles del planeta, que participa en las distintas misiones geopolíticas norteamericanas y en la elaboración de su política de seguridad energética, lo cual ratifica la amenaza que representa los intereses del imperio norteamericano para Venezuela por la sola razón de poseer las mayores reservas de petróleo del planeta.
Por otra parte, el periodista y escritor norteamericano Steve Coll en su libro Private Empire, Exxon Mobil and American Power (Imperio Privado, Exxon Mobil y el Poder Americano) señala que Exxon Mobil se trata de un “Estado empresarial dentro del Estado americano”[3] quien documentó en su libro las conexiones y crímenes cometidos por esta transnacional que actúa al margen de las normas internacionales, sentenciando además que su principal objetivo es hacerse de las reservas petroleras de Chad, Indonesia, Guinea Ecuatorial, Venezuela y Rusia.
La reclamación de la Guayana Esequiba y la provocación del Gobierno de Guyana con la intervención de la Exxon Mobil
El 6 de julio de 2015 en un acto celebrado en la Asamblea Nacional, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro denunció un plan orquestado por el Gobierno de la República Cooperativa de Guyana con la complicidad de la transnacional petrolera Exxon Mobil en el cual se busca generar tensiones y conflictos en las relaciones entre los países hermanos de la región para socavar las iniciativas de unión e integración suramericana y caribeña.
El diferendo limítrofe por el Territorio Esequibo o la Guayana Esequiba data desde hace más de 100 años, es un espacio territorial que se encuentra al oeste del Rio Esequibo limitando con los estados Bolívar y Delta Amacuro, se encuentra en reclamación por Venezuela a Guyana luego de la decisión del Laudo Arbitral del 3 de octubre de 1899, en la cual no tuvo participación ningún jurista defensor de la soberanía de Venezuela.
Esta decisión arbitral del Laudo de París estaría despojando a Venezuela desde ese momento de 159.500 km2 aproximadamente, por lo cual nuestro país en 1962 denunció ante la Organización de Naciones Unidas el carácter irrito y de nulidad del Laudo de Paris, lo cual propició más tarde el Acuerdo de Ginebra suscrito por Venezuela y Guyana en 1966 con el objetivo de fijar las condiciones para el arreglo pacífico a la reclamación por el Esequibo.
Con las actuaciones unilaterales del Gobierno de Guyana y la incursión de la Exxon Mobil en las aguas del Esequibo se estaría realizando una provocación para generar un conflicto en la región y al mismo tiempo se estaría violando las resoluciones del Acuerdo de Ginebra de 1966, ya que este territorio se debería mantener intacto hasta que se resuelva el diferendo limítrofe, por lo tanto, no se permite el desarrollo de proyectos salvo que sea con el acuerdo de ambos países.
Según lo establecido en el Artículo V del Acuerdo de Ginebra[4] no se puede realizar actividades en el Esequibo para hacer valer, apoyar o negar la soberanía territorial de Venezuela o la Guyana, salvo que sea aceptado por ambos gobiernos, en este sentido.
Vale acotar que el Estado venezolano se ha mantenido firme por más de un siglo su posición de reclamación por el Esequibo luego de comprobar el irrito y viciado Laudo Arbitral de Paris de 1899, el documento que se dio a conocer en 1944 luego de la muerte de Severo Mallet Prevost quien figuró como uno de los abogados que asumió la supuesta “defensa” de Venezuela en el Laudo Arbitral. En este documento se deja constancia que decisión arbitral de 1899 fue irregular e injusta para Venezuela y la despojó de 159.500 km2 de su territorio.
Tal como lo señalara el presidente venezolano Nicolás Maduro y otros expertos en el proceso del diferendo de la Guayana Esequiba como Samuel Moncada y Pompeyo Torrealba en sus distintas intervenciones, el despojo del Esequibo es producto de las debilidades de Venezuela como consecuencia de las guerras de independencia en el siglo XIX y el proceso de división de Colombia (Nueva Granada, Venezuela y Quito), lo cual le hizo presa del imperio más poderoso de esa época, el imperio británico.
A partir de 1835 el imperio británico comienza a visualizar la captura del Orinoco como un objetivo fundamental para avanzar en la conquista de la América del Sur y contrata a un geógrafo llamado Schomburgk para que elaborara los mapas y demarcaciones sobre el Orinoco, para la Royal Geographical Society de Londres. En este primer mapa incorpora 4.920 Km2 del territorio Esequibo a la Guyana Británica.
En 1840 Schomburgk elabora el segundo mapa para el Reino Unido y traza la segunda línea en la cual se pretendía despojar a Venezuela de 141.939 km. En 1841, Alejo Fortique, un político conservador, diplomático al servicio de la oligarquía conservadora, lucho de manera digna y con sentido patriótico, reclamando el Esequibo a favor de los intereses nacionales, sin embargo ese esfuerzo no fue suficiente ante el poderoso imperio británico.
En 1850 se firma un acuerdo entre el Gobierno de Venezuela y el Reino Unido, en el cual se comprometen a no ocupar el territorio en disputa, sin embargo, para 1887 el gobierno británico traza la tercera línea donde se pretendía 167.830 km2 del territorio venezolano lo cual fue suficiente para la ruptura de relaciones entre Venezuela y el gobierno de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
En 1897 se firma un Tratado de Arbitraje entre Venezuela y Gran Bretaña e Irlanda del Norte, donde esta potencia extranjera aspiraba 203.310 Km2 del territorio venezolano, finalmente, en 1899 se produce el nefasto Laudo Arbitral que despoja a Venezuela del 90% de la Guayana Esequiba.
El Esequibo como parte de la agenda imperialista
El Territorio Esequibo o Guayana Esequiba es una extensión territorial de 159.500 km2 con salida hacia la fachada atlántica o también llamada la Zona de Defensa Integral Marítimas e Insulares y se constituye en un espacio geográfico rico en biodiversidad y bienes naturales como el oro, diamantes, manganeso, hierro, cóltan, uranio, petróleo y gas.
Es una zona forestal y con importantes extensiones de tierras idóneas para la agricultura, vale la pena acotar que desde el mismo momento en el cual los británicos decidieron avanzar hacia la América del Sur en 1835 con las primeras líneas de Schomburgk , vieron en el Esequibo un espacio geoestratégico en virtud a su proximidad al Río Orinoco, el cual les permitiría avanzar hacia el Rio Meta y el Rio Amazonas.
Otro aspecto importante mencionar es que el Territorio del Esequibo se encuentra a tan sólo unos pocos minutos de vuelo del yacimiento de petróleo más importante del planeta, la Faja Petrolífera del Orinoco, la cual tiene una reserva cuantificada y certificada de 299.953 MM de barriles de petróleo[5]
Sin duda son muchos los retos que se presentan para Venezuela ante esta nueva coyuntura cuyo trasfondo es crear controversias entre países de la región suramericana y caribeña con la finalidad de fracturar la unidad nuestramericana. Venezuela es un país con una larga tradición pacifista, unionista, defensora de la soberanía y la independencia.
Ante esta nueva agresión del imperio norteamericano a través de su principal transnacional petrolera y el gobierno aliado de la República Cooperativa de Guyana, Venezuela ha respondido ante mecanismos pacíficos que dispone el derecho internacional, y en este sentido acude a distintos espacios internacionales como la ONU y UNASUR, CELAC y el CARICOM, así como el restablecimiento de la figura del “Buen Oficiante” para la búsqueda de una solución legal y pacífica, tal como lo establece el Acuerdo de Ginebra de 1966.
(*) Adrián Figueroa León, MSc. en Relaciones Internacionales de la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela (UMBV), Investigador en temas de América Latina y el Caribe, http:comitesocialista.blogspot.com, @adrianfigueroa7
Fuente : Rebelión
Referencias:
[1] Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno (2015) “La verdad sobre el Esequibo” http://www.presidencia.gob.ve/Site/Doc/pdf/La_Verdad_del_Esequibo.pdf, consultado el 09/08/2015
[2] Mendoza Potella (2015): “Exxon Mobil es parte del engranaje geopolítico estadounidense”, wwwradiomundial.com.ve, Consultado el 05/08/2015.
[3] VTV: Exxon Mobil: “Los secretos sucios de una empresa con poder de Estado dentro de EEUU” en http://www.vtv.gob.ve/articulos/2015/06/17/exxon-mobil-los-secretos-sucios-de-una-empresa-con-poder-de-estado-dentro-de-eeuu-8950.html, consultado el 09/08/2015
[4] Ministerio del Poder Popular para la Relaciones Exteriores (2015): “Guayana Esequiba, historia de un despojo” Caracas, Venezuela.
[5] PDVSA (2105) : Informe de Gestión Anual 2014, Caracas, Venezuela