Casi intransitables, los pabellones de la Feria Internacional del Libro de Bogotá seducen a miles de colombianos y visitantes foráneos interesados en las novedades de la prominente cita cultural, llena de nostalgias y evocaciones al escritor Gabriel García Márquez.

Aunque restan las estadísticas totales, sólo entre sábado y domingo más de 82 mil personas colmaron los salones del complejo Corferias, mayor recinto expositivo del país, escenario de la cita de las letras.

La cifra considerada récord por los organizadores evidencia la aceptación de la iniciativa literaria dedicada al Gabo y al mítico pueblo de Macondo -descrito en Cien años de soledad-, muy parecido a su patria y a Latinoamérica.

Según los coordinadores del evento iniciado el pasado 21 de abril, el espacio ideado para recrear esa ficticia comarca es hasta el momento el más frecuentado por los amantes de la lectura.

El gran salón de tres mil metros cuadrados destinado a rememorar el universo macondiano, con sus personajes típicos, la valla de gallos y los inventos gitanos, atrae a los recién llegados, algunos de los cuales permanecen durante horas sentados o recostados a las paredes del recinto para descubrir cada detalle.

Tanto el gigantesco mapa del poblado con sus ciénagas, sierras, viviendas y linderos, como las escenas animadas del entorno caribeño -apegadas a la historia y a los afectos del Gabo- acaparan la atención de los lectores.

Caminar por ese lugar convida inevitablemente al reencuentro de los pasajes de su novela cumbre, la cual gira alrededor de la estirpe de los Buendía, pretexto para una gran metáfora.

Recuerdos del Premio Nobel de Literatura como fotos familiares, manuscritos y otros objetos, son apreciados a media luz por los admiradores de su obra y el público en general.

En una suerte de intento por retenerlo, cada rincón, cada imagen convida a la remembranza y a la reverencia, también despierta interrogantes que incitan a profundizar en su vida y sus libros, a releerlos con otra mirada.

No obstante su estreno hace más de una semana, el ir y venir de insaciables caminantes entre los laberintos de textos, auguran un concurrido y exitoso cierre a la fiesta literaria, entre las más relevantes de América Latina.

Tomado de Prensa Latina