Dos artículos que demuestran que las fuerzas oligárquicas han hecho del fraude un factor genético...

Jun 27, 2016

27 de junio, 2016

Hastiado de la corrupción en Brasil, el escritor Paulo Coelho demandó que se vayan las "150 ratas" que dominan el Congreso, encabezadas por el poderoso diputado Eduardo Cunha, procesado en la Corte por sobornos y cuentas en Suiza.

    "Diputado Eduardo Cunha usted aún está a tiempo, denuncie a estas 150 ratas y salve al país" imploró el escritor más exitoso de la lengua portuguesa.

    El influyente diputado Cunha fue procesado la semana pasada por la Corte Suprema por haber ocultado más de 5 millones de dólares que al parecer cobró de sobornos en el escándalo de corrupción en la petrolera Petrobras, el "Petrolao".

    Aliado clave del presidente Michel Temer, Cunha insinuó que si es detenido optará por la "delación premiada", de decenas de diputados sospechados de corrupción, quienes son parte de su "tropa de choque" en el Parlamento.

    Coelho quiere que Cunha rompa su presunto pacto mafioso con sus colegas del Congreso, en un mensaje en el que repite su irritación con la corrupción y grupos vinculados al mandatario interino Temer.

    Coelho recomendó al diputado Cunha que diga la verdad ante la justicia y de esa forma podrá "salvar a su esposa e hija", dado que ambas también fueron procesadas.

    Según la Procuraduría General de la República la esposa del Cunha, Marcela Cruz, gastó cientos de miles de dólares procedentes de la corrupción en casas de alta costura de Paris, Roma y Nueva York.

    Mientras prepara el lanzamiento de su última novela La Espía, inspirada en la legendaria agente secreta Mata Hari, Coelho no se desentiende de la realidad política de su país.

    El autor de "El diario del Mago" y "El Alquimista" predijo recientemente que el sistema político brasileño iba hacia un cataclismo y que Temer no lograría completar su mandato.

    Hace un mes Coelho se sumó a la actriz Sonia Braga, cuando ésta se paseó por la alfombra roja de Cannes con un cartelito que decía que en Brasil hubo un "golpe".

    Mientras Sonia Braga se manifestaba en el festival de cine francés Coelho decía que "en todo el mundo ya se sabe lo que siempre supimos en Brasil: el golpe es golpe".

    "El golpe es un monstruo, que va a auto devorarse" pronosticó el escritor en su perfil en una red social.

 (De Cubasi) 

La noria del engaño

Por NESTOR NUÑEZ

Las fuerzas oligárquicas han hecho del fraude un factor genético...

 A pesar del riesgo de ser calificados como “drásticos”, “dogmáticos” o cuando menos “nostálgicos”, todavía existen muchos que estiman que la derecha global está totalmente incapacitada para producir cambios positivos a favor de la humanidad.

Desde luego, no es la única tendencia con severas limitaciones en materia de voluntad transformadora. Se suman también aquellos que bajo proclamadas opciones de izquierda redundan en el inmovilismo, el voluntarismo, la incapacidad y la ineficacia, de manera de descorazonar seguidores, destruir esperanzas y abrir espacios a los oportunistas de signo contrario.

Pero volviendo a nuestro sujeto esencial, lo cierto es que por pura genética, las oligarquías llevan en su epicentro el germen de la exclusión, la reducción del hombre a mero instrumento, el  apasionamiento por las abismales asimetrías económicas y sociales, y el credo de que el  mezquino interés individual o sectorial debe prevalecer a como de lugar y reconocerse y acatarse como la doctrina clave en los vínculos con los demás.

Y la historia es ducha en ejemplos de todo tipo. Sociedades estratificadas y discriminadoras han existido y existen precisamente gracias a la prevalencia de esquemas estrechos y egoístas contra los cuales aún queda mucho que luchar.

En consecuencia, y aun cuando haya que superar serios obstáculos y enfrentar, incluso, enormes peligros para acceder al fin a épocas realmente “humanas”, lo cierto es que quienes abogan por escalonar a la humanidad no resultan para nada los que pueden hablar de opciones optimistas y honestas.

Lo vemos en nuestros días, ahora mismo, en los más disímiles espacios geográficos, desde un explosivo Oriente Medio, hasta el embauque fascista y otanista en Ucrania, casi en pleno corazón de Europa, sin olvidar las experiencias desestabilizadoras en América Latina que ya han hecho mella concreta en el avance progresista que por más de un decenio venía prevaleciendo en esta parte del orbe.

Cierto que la derecha es aún poderosa y asume y administra influyentes recursos como para confundir, engatusar, engañar y tragarse voluntades.

No por gusto un neoliberal neto como Mauricio Macri llegó a la presidencia argentina bajo el proclamado manto de un cambio que sumó incautos aun sin nunca explicar a fondo el contenido de semejante arenga.

O es también el caso de la derecha venezolana, que se hizo del control del poder ejecutivo sobredimensionando errores oficiales y transformando en pretendidas culpas netas del gobierno bolivariano los desasosiegos cotidianos que ella misma genera e impulsa como arma para restar apoyo a las autoridades progresistas.

Un poder real que incluso ha promovido que una gavilla de legisladores y funcionarios corruptos llegasen en Brasil a deponer transitoriamente a la presidenta Dilma Roussef, sometida a juicio político, y a colocar al frente del ejecutivo a un probado y reconocido tránsfuga, el señor Michel Temer,  ahora mismo acusado públicamente de aportar dinero mal habido a campañas electorales de su agrupación política.

Con todo, y al menos en estos últimos tres casos regionales, es evidente que no ha debido transcurrir mucho tiempo para que los “triunfadores” mostrasen su verdadera catadura, con despidos masivos y desmedidos aumentos del costo de la vida en Argentina; planes de aniquilación de programas sociales y de entidades populares en Venezuela, e intentos de revertir conquistas sociales claves en Brasil amén de reestructurar la economía sobre bases neoliberales.

Y, desde luego, ni pensar que porque las caretas caigan la derecha dejará mansamente los peldaños que ya escaló.  La lucha seguirá siendo la fuerza real del cambio positivo, y quienes la dirijan y asuman tendrán no solo que impulsarla y encauzarla debidamente, sino además velar por que las ejecutorias revolucionarias en cada lugar no tuerzan los rumbos y abonen  el camino para que los retrógrados aumenten sus espacios de nociva acción.

(De Cubahora)