Estimado Presidente Díaz-Canel,

Fue con profunda indignación que recibí la noticia de la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo.

Donald Trump sale de la Historia por la puerta del fondo y demuestra una vez más el hombre vil que es, en una maniobra despreciable y oportunista, cargada de la principal marca de su administración: la mentira.

Le manifiesto mi solidaridad a Cuba, a la Revolución y al pueblo cubano y reitero mi repudio a esa nueva sordidez, que tiene como único objetivo el intento de asfixiar a nuestra isla, reforzando el bloqueo y las agresiones contra ella impuestos hace más de seis décadas.

Pero Cuba está ahí, íntegra, decente, ejemplo para el mundo de la que es la mayor de las virtudes, la solidaridad humana.

Los que dejan en la Historia huellas digitales terroristas son ellos, Trump y sus secuaces.

Le escribo, compañero Presidente Díaz-Canel, con la esperanza de que esta y otras políticas persecutorias sean revisadas y que Cuba pueda encontrar buenos vientos para superar, como lo viene haciendo hace sesenta años, tempestades como la de la

Covid-19, una tragedia que castiga al pueblo en todas partes del mundo.

Un mes de estancia en suelo cubano solo ha hecho crecer mi profunda admiración por el celo con que Cuba ha enfrentado esta terrible plaga de la Covid, protegiendo a sus ciudadanos y ayudando a salvar a miles de vidas con el envío de médicos por el mundo.

Cuanto más se conoce a Cuba más se une el mundo a ella, condenando la cobarde persecución tirana del imperio.

Reciba en mi nombre y en el de millones de brasileños el fraternal abrazo, con la esperanza de días mejores. Del amigo de siempre,

(Firmado)

Luíz Inácio Lula da Silva.