Brasil y el peligro de ser negro

Por: Raúl Antonio Capote
El asesinato de George Floyd en Estados Unidos ha levantado una ola de protestas en todo el mundo y de nuevo ha puesto sobre el tapete el tema del racismo.
La segregación racial se manifiesta en todos los aspectos de la vida cotidiana actual. En Brasil, según un análisis del Foro Brasileño de Seguridad Pública, casi ocho de cada diez de las víctimas fatales de la policía son afrodescendientes.
En Río de Janeiro un joven negro tiene 147 % más posibilidades de ser asesinado que el resto de los coterráneos de su misma generación.
Las últimas estadísticas divulgadas por Naciones Unidas muestran que cerca de 23 000 jóvenes de piel oscura mueren violentamente cada año en el país, lo que equivale a uno cada 23 minutos.
Son cifras que, de acuerdo con la onu, revelan el peso del racismo en el escenario de violencia del país, situación que se ha agravado bajo el gobierno presidido por Jair Bolsonaro, quien fue electo bajo la divisa de que la policía tenía que matar.
Las normas de flexibilización del uso de armas, decretadas por Bolsonaro, constituyen un real peligro, pues más del 70 % de los homicidios se produjeron con armas de fuego.
Del 99,5 % de las víctimas registradas como «homicidio resultante de intervención policial», el 79 % eran negros y el 75 % jóvenes. Estos datos, manejados por Amnistía Internacional Brasil, muestran la gravedad del asunto.
La policía del gigante sudamericano, cada vez más militarizada y violenta, mata sin tapujos, sobre todo a los afrodescendientes y pobres. Las brutales matanzas en las favelas de todo Brasil, y más notoriamente en Río de Janeiro, es algo cotidiano desde que Bolsonaro es presidente.
Ser negro en Brasil y sobrevivir a la cotidianidad se ha vuelto difícil, sobre todo cuando la muerte viene de manos de quienes tienen el deber de proteger y velar por la seguridad y la vida de la ciudadanía.
(Fuente :Granma)