#Venezuela: Una imagen vale más que mil palabras
Por Patricio Montesinos
En el argot periodístico es muy común escuchar la frase de que una imagen vale más que mil palabras, y nadie puede dudarlo cuando observa la foto que encabeza este trabajo, la cual refleja la verdadera conducta de la derecha violenta venezolana.
Los llamados “opositores” a la Revolución Bolivariana no solo incendian hospitales infantiles, destruyen instalaciones al servicio del pueblo y “ocupan” camiones cisternas de combustible, sino también, violentan utilizando la tortura para imponer el terror en la sociedad, e incluso hasta asesinan a sus propios compatriotas.
La dura imagen, tomada en el Táchira venezolano y publicada en la red social Twitter, habla por sí sola del actuar de los “antichavistas”, y augura al mismo tiempo lo que sucedería en Venezuela sí los ultraconservadores se hacen con el poder, como pretenden conseguirlo a través de la fuerza.
Esos “opositores” al presidente Nicolás Maduro y al proceso revolucionario que lideró Hugo Chávez son los que reciben financiamiento de Estados Unidos, y apoyo incondicional de la Organización de Estados Americanos (OEA), con sede en Washington, y su actual Secretario General, Luis Almagro.
Son los mismos que la OEA y Almagro llaman “demócratas que luchan contra la dictadura de Maduro”, y que por tal razón son alentados desde territorio norteamericano, y también desde algunos países de Nuestra América donde imperan regímenes neoliberales.
Menudos “demócratas” esos que con la violencia, la tortura y el crimen quieren hacerse con las riendas de Venezuela, rechazando el dialogo y cuanta formula pacifica sea propuesta para poner término a la actual situación que vive la patria de Bolívar.
Sin estar en el poder ya utilizan métodos que recuerdan la Alemania, la Italia o la España fascistas, y las dictaduras “pinochetistas” que sojuzgaron a Latinoamérica a finales del pasado siglo, todas respaldadas por Washington, y de las cuales la OEA fue siempre cómplice.
La rabia de las oligarquías ante los gobiernos populares, como ocurrió con el de Salvador Allende, en Chile, es idéntica a la que destilan hoy los violentos en Venezuela, y en otras naciones de la Patria Grande donde tienen lugar procesos a favor de los más desposeídos y que abogan por la unidad e integración regional.
Los representantes del neoliberalismo emplean todas las artimañas posibles para derrocar a las revoluciones, incluido el terrorismo y practicas fascistas. La imagen que acompaña esta nota periodística lo confirma. (Pensando Américas)