Martí, Céspedes, Obama y los símbolos
21 de marzo, 2016
Entre flores y visitas, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama transita por Cuba como signo de nuevos tiempos, pero es recomendable no olvidar…
El domingo en el centro de la Plaza de Armas, Obama le depositó flores a la estatua de Carlos Manuel de Céspedes: las ideas políticas, éticas, morales y revolucionarias de Céspedes y de los hombres que lo acompañaron en la lucha, quedaron reflejadas en el Manifiesto de la Demajagua con el estallido revolucionario el 10 de octubre de 1868, con este documento se anunciaba el comienzo de una guerra justa, anticolonial y antiesclavista y, además, se exponían las causas políticas, económicas y sociales que justificaban la decisión de recurrir a la lucha armada para eliminar la dominación colonial.
Asimismo, Céspedes dio a conocer el proyecto político que rompía con las ideas reformistas, anexionistas y autonomistas para lograr, simultáneamente con la liberación nacional del yugo español, la abolición de la esclavitud.
A esta figura política, el presidente número 44 de los Estados Unidos le llevó flores, y este lunes le brindará flores también al más grande de todos los cubanos: José Martí.
“La política es el arte de inventar un recurso a cada nuevo recurso de los contrarios, de convertir los reveses en fortuna; de adecuarse al momento presente, sin que la adecuación, cueste el sacrificio, o la merma importante del ideal que se persigue; de cejar para tomar empuje; de caer sobre el enemigo, antes de que tenga sus ejércitos en fila, y su batalla preparada”, aseguraba el apóstol en Nueva York el 3 de septiembre de 1881.
En la carta a Obama de la Sociedad Cultural José Martí, retoman el hecho de que “la figura cumbre de la cultura cubana vivió muchos años en tierras norteamericanas y fue capaz de hurgar en la sociedad estadounidense —como posiblemente ningún intelectual hasta hoy— precisando con asombrosa certeza y vigencia para nuestros días sus virtudes y sus grietas. Le sirvió aquel conocimiento para diseñar para nuestro país un modelo propio de república nueva, independiente, solidaria, donde prevaleciera la justicia social, diferente a las conocidas hasta entonces, donde la ley primera fuese el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre, y que al mismo tiempo favoreciera con su ejemplo la integración de Nuestra América”.
Martí aseguraba que “quien se levanta hoy con Cuba se levanta para todos los tiempos”. “Un error en Cuba es un error en América, es un error en la humanidad moderna”. “Amamos a la patria de Lincoln, tanto como tememos a la patria de Cutting, The Evening Post de Nueva York, el 25 de marzo de 1889.
(Tomado de Cubasi)