#Cuba, 24 años después

Oct 27, 2016

Por César Lévano*

Ayer, la Asamblea de las Naciones Unidas fue escenario de una rotunda victoria diplomática de Cuba. Por primera vez en 24 años, la propuesta cubana contra el bloqueo impuesto por Washington fue aprobada por 191 votos, sin ningún voto en contra. Estados Unidos y su fiel aliado Israel, en un acto sorpresivo, se abstuvieron.

La delegada estadounidense Samantha Power definió así el viraje de su gobierno: “La resolución que se vota hoy es un ejemplo perfecto de por qué la política estadounidense de aislar a Cuba no estaba funcionando”. A confesión de parte, relevo de pruebas.

Bruno Rodríguez, canciller de Cuba, estableció un balance racional y principista, al declarar que la abstención “es un paso positivo en el proceso de normalización de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos”.

Rodríguez señaló asimismo los límites del voto: “El bloqueo económico, comercial y financiero persiste y provoca daños al pueblo cubano y obstaculiza su desarrollo económico. Lo importante y concreto es el desmontaje del bloqueo, más que los discursos, las declaraciones de prensa o incluso el voto de una delegación en esta sala”.

El canciller de la isla recordó el contexto histórico del flamante triunfo de su país. “Ha tomado 24 años la rectificación del voto en solitario de los Estados Unidos en esta sala, han sido 24 años de aislamiento y fracaso, y 58 años de resistencia heroica de nuestro pueblo”.

The New Yorker, la revista estadounidense, incluye en su edición del 3 de octubre de este año un extenso reportaje del célebre Jon Lee Anderson, quien vivió un tiempo en la Cuba socialista. El texto, nutrido de testimonios y opiniones, incluye amplios fragmentos de un diálogo con el presidente Barack Obama.

Quizá estos párrafos de esa conversación arrojen luz sobre el voto en la ONU: “En su oficina oval, Obama me dijo que los estadounidenses necesitan hacer un esfuerzo mayor para reconocer percepciones que existen fuera de los Estados Unidos”. “Somos una superpotencia, y no apreciamos plenamente el grado en que cuando nos movemos el mundo tiembla. Nuestras circunstancias nos han permitido ser ahistóricos. Pero una de las cosas sorprendentes cuando uno sale de los Estados Unidos es –la vieja frase de William Faulkner: ‘El pasado nunca muere. Ni siquiera es pasado’”.

El trabajo que su administración ha hecho en Cuba, sugirió Obama, es un preámbulo, pero un preámbulo esencial. (Pensando Américas-Diario peruano Uno)

*Director Diario Uno (Perú)