Calentamiento global, otra amenaza para América Latina y el Caribe
4 de junio, 2016
El aumento de la temperatura media del sistema climático de la Tierra es una de las principales amenazas y retos mundiales del siglo XXI que afectando el equilibrio de la atmosfera, el ecosistema y los océanos. La región de América Latina y el Caribe es una de las más vulnerables a los efectos del calentamiento global, aunque es una de las que menos ha contribuido a este fenómeno, según revela un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
De acuerdo con datos del estudio "Bajemos la temperatura" del Banco Mundial, el fenómeno del calentamiento global supondrá un aumento de la temperatura promedio del planeta de 4ºC, lo que se traduce en América Latina y el Caribe en un 20% más sequías, un 80% más de ciclones tropicales y una desaparición casi completa de los glaciares andinos. El informe de CEPAL muestra que, en general, en Centroamérica y América del Sur, la temperatura ha aumentado entre 0,7 y 1 °C desde mediados de los años 70, aunque hay algunas excepciones regionales. Este es el caso de la zona costera de Chile, que ha sufrido una reducción de 1 °C. Las previsiones apuntan a que la temperatura subirá a lo largo de este siglo entre 1,6 y 4 °C en las regiones de Centroamérica y América del Sur y que los fenómenos climáticos extremos sufrirán modificaciones significativas. Las condiciones climáticas de la región se volverán más extremas, provocando que las zonas que sufren sequías se volverán más áridas y los lugares húmedos contarán con mayor volumen de precipitaciones.
La temperatura global potenciaría el deshielo de los glaciares de Bolivia y Perú (que abarca el 77% de los glaciares de todo el mundo), donde también constituiría un fuerte riesgo poblacional, ya que son la principal fuente de consumo de agua dulce, de riego y de energía hidroeléctrica de los países de la región. Asimismo, lugares como México, Brasil o el Caribe, en cuyas playas se establece una consolidada economía gracias al turismo, están en riesgo por el aumento del nivel del mar. Según el Primer Estudio sobre los Cambios Climáticos en Brasil, el río Amazonas, el más caudaloso y largo de la Tierra, está en riesgo por el cambio climático, ya que este podría aumentar su temperatura en 6ºC hasta final de siglo, reducir la lluvia en un 45% y causar deforestación, lo que provocaría un cambio significativo en el ciclo hidrológico mundial. CEPAL considera que los costos económicos del cambio climático para América Latina y el Caribe en 2050 se situarían entre el 1,5% y el 5% del PIB regional. Aunque el cambio climático es un fenómeno de largo plazo, cuyos efectos serán más intensos en la segunda mitad de este siglo, para frenarlo es necesario actuar con urgencia. ¿Qué hacer entonces? La CEPAL propone disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero de las alrededor de 7 toneladas per cápita al año actuales, a 2 toneladas per cápita en 2015 y continuar esta tendencia hasta 1 tonelada per cápita a final de siglo.
No obstante, también es necesario un cambio en las infraestructuras y el modelo productivo, ya que el actual produce niveles peligrosos de emisiones de CO2 y hace imposible cumplir las metas climáticas que los países se han impuesto para 2050. En América Latina y el Caribe encontramos diferencias entre los países, pero en conjunto las emisiones representan el 9% de las mundiales. Preparativos para XXI Conferencia de las Naciones Unidas sobre cambios climáticos El problema de los cambios climáticos es esencial para el Caribe. Por eso, en Martinica, el próximo 9 de mayo, se efectuará una cumbre regional dedicada a la preparación y movilización con miras a la XXI Conferencia de las partes en la Convención marco de las Naciones Unidas sobre los cambios climáticos. Esta Cumbre será presidida por François Hollande, Presidente de Francia, y reunirá a los Estados y territorios del Caribe insular incluyendo las colectividades francesas de las Américas. El encuentro tiene como objetivo identificar las iniciativas de la cuenca del Caribe las que deberán ser integradas en una verdadera "agenda de soluciones" adaptada las especificidades de estos territorios. También pretende contribuir a la redacción de un acuerdo global ambicioso e imperativo el cual deberá ser aprobado durante la COP21 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre los cambios climáticos) que se celebrará a finales de este año en París.