El 18 de diciembre de 2005, sucede algo extraordinario en la historia boliviana: gana las elecciones generales un indígena, un hombre salido de las entrañas de la Pachamama: Juan Evo Morales Ayma. Por fin, después de más de dos siglos del descuartizamiento de Tupac Katari se cumplió la sentencia: “Sólo a mí me matan, volveré y seré millones”.