Por Emir Sader
Estaba todo listo para que Hillary Clinton sembrara todo aquello por lo cual ella había trabajado tanto. Al final, había sido ella la principal responsable por la nueva forma de golpe de Estado en América Latina, con el derrocamiento del gobierno de Manuel Zelaya en Honduras, después de que el último intento de golpe militar clásico en Venezuela, en 2002, había fracasado. Ella y su gobierno apoyaron el golpe en contra de Fernando Lugo, que siguió el mismo guión, y luego Hillary y Obama callaron, de forma cómplice, frente al golpe en Brasil.