Por Gustavo Espinoza M. (*)
Ya estamos acostumbrados a las viles tretas de las que se vale la prensa amarilla para desacreditar los procesos progresistas que ocurren en el mundo, y a sus dirigentes. Pero eso sucede con nosotros que, de alguna manera, estamos curtidos, y podemos enfrentar la manipulación de los “medios” y desenmascararla. Lamentablemente, no pasa así con el grueso de la población, que resulta frecuente víctima de la maligna campaña de difusión que usa la prensa, la radio y la televisión, aquí, y en otros países.