Propósitos y despropósitos de #LASA en #Lima, #Perú

Abr 29, 2017

Entrevista de Pensando Américas al académico, poeta e intelectual peruano Hildebrando Pérez, a propósito del XXXV Congreso de LASA

Acaba de iniciarse en Lima, Perú, el XXXV Congreso de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA por sus siglas en inglés). El evento tendrá lugar en una coyuntura compleja para América Latina, en la que son recurrentes los ataques de todo tipo contra la Revolución Bolivariana. Pensando Américas agradece su tiempo para contestar algunas preguntas sobre el evento.

¿En su opinión, ¿cuán útiles pueden ser los debates generados en LASA para la  resolución de los problemas sociales, políticos, culturales y económicos de los pueblos de América Latina?

Se ha iniciado en Lima el XXXV Congreso de Lasa y por las pocas resonancias que alcanza tanto en el medio intelectual, académico y político, pareciera que fuera el primer evento que propiciaran sus organizadores.  Desde esta certidumbre compartimos nuestras apreciaciones.

Todo evento que se propone poner en la agenda del trabajo intelectual y académico la problemática latinoamericana, debe ser bienvenido. Porque así lo demanda la urgente solución social que le debemos a nuestros pueblos. Y el examen de esa problemática debe ser horizontal. Sin consentir esa mirada insolente o paternalista, desde arriba. A la fecha, se han dado a lugar más de 30 congresos Lasa, y me pregunto: a dónde han ido a parar esas lecturas, propuestas, muchas de ellas, sin duda, inteligentes, refrendadas por rigurosas investigaciones, en donde se ponen de manifiesto los más sofisticados métodos de exploración, teorías, tesis? Aterrizan en algún plan de gobierno, en alguna política de estado que beneficien a las grandes mayorías que sobreviven inmersos en una economía deprimida hasta el escándalo?

Pareciera, y espero equivocarme, que estos eventos son útiles para intereses subalternos, de alcances que se quedan en los linderos académicos sin trascender al conocimiento cabal de nuestra realidad compleja ni a la propuesta que subsane de inmediato los urgentes problemas sociales. Qué bueno sería que las ideas que se ponen en juego en estos eventos, las propuestas más sugestivas y renovadoras para nuestras clases políticas, alcanzaran una vía directa para subsanar políticas equivocadas que se están aplicando en nuestra América.

¿Qué oportunidades y desafíos brinda este contexto para plantear temas de interés de la izquierda latinoamericana y encausar seriamente su solución?

Hoy en día América latina celebra los 50 años de la primera edición de esa maravilla que es "Cien años de soledad", de Gabriel García Márquez y conmemora los 50 años de la muerte del Comandante Ernesto Che Guevara, quien, como diría Nicolás Guillén, sigue brillando en el imaginario de nuestro continente: " no porque hayas caído / tu luz es menos alta".  Y cito estos dos hechos que involucran la cultura y la política, que sí tienen resonancias, que aún despiertan reflexión y fantasía, pues bien: Gabo y el Che tienen discursos libertarios que se convocan, que se entretejen en la historia contemporánea de nuestro continente. Sus obras están signadas por el deseo de lograr nuestra libertad de cualquier injerencia hegemonista, y de combatir cualquier política neoliberal que se quiera perpetuar en nuestra América. Sin embargo, entiendo que no hay mesas que deliberen, con rigor y amplitud de criterio, estas políticas descolonizadoras.

No se descarta que el evento pueda ser utilizado para continuar atacando políticamente a la Revolución Bolivariana. ¿Cómo se pudieran contrarrestar las posibles acciones al respecto?

Todo indica que más de algún conferencista o ponente tratará de deslizar, abiertamente o sutilmente,  a nombre de la "libertad" y la "democracia", alguna lectura sospechosa sobre Venezuela, Bolivia, Cuba y otros países. Tratarán de hacer circular las tesis de la rancia OEA contra el gobierno y pueblo Bolivariano de Venezuela. Se harán eco de las jornadas violentas que se vive en Caracas, propiciadas por la derecha y apoyadas por el imperio y más aún manipuladas por el poder mediático, las redes sociales que ofrecen noticias, crónicas cuyo objetivo es desestabilizar al gobierno legítimamente elegido como el de Nicolás Maduro o el de Evo Morales. Pues bien, hay que encararlas, criticarlas, denunciarlas, repudiarlas porque son cómplices de la administración norteamericana. Hoy más que nunca están vigentes "las trincheras de ideas" martianas. (Pensando Américas)