#Perú: La raíz del diluvio

Por César Lévano (*)
Todo el Perú está azotado por una furia que viene del mar y de la historia. Hace veinte años, en 1998, la antropóloga francesa Anne Marie Hocquenghem publicó su monumental libro Para vencer la muerte. Ahí, después de diez años de trabajo sobre la arqueología, la historia, la sociedad de Piura y Tumbes, señaló que uno de los errores de los piuranos consiste en repetir el error. El pecado original fue destruir los algarrobales y volver a construir en puntos ya castigados por la naturaleza.
El diluvio de ahora ha contado con la colaboración y la desidia de los gobernantes. Si no recuerdo mal, Alberto Fujimori eliminó el Instituto Nacional de Planificación. Imagino que el libro de la señora Hocquenghem hubiera sido leído con provecho para la región norte, y para todo el Perú. Pero acá se impuso la idiota teoría de que el Estado no sirve y que la iniciativa privada debe mandar a sus anchas.
El libro que menciono lleva prólogo del escritor Miguel Gutiérrez y un prefacio de Manuel Dammert. La edición fue auspiciada por la prestigiosa Comisión Nacional de la Investigación, de Francia, el Instituto Francés de Estudios Andinos, de acción varia y fecunda, y el nacional Instituto de la Naturaleza y el Conocimiento.
Dice Gutiérrez en su texto introductorio:
“Precisamente Para vencer la muerte, aparte de ser una valiosísima síntesis sobre el estado actual de la arqueología e historia de Piura y Tumbes, contiene una revolucionaria tesis, según la cual los pobladores originarios de la región pertenecieron al complejo cultural protojívaro, quienes, a diferencia de los pueblos centroandinos, como los mochicas que generaron una civilización del desierto basada en grandes construcciones hidráulicas, las que, a su vez, exigían organizaciones sociales de carácter despótico-oriental, aquellos –los protojívaros, repito– en una región, según la caracterización de Anne Marie Hocquenghem, signada por la abundancia, configuraron una civilización propia de los bosques secos y húmedos basada en la agricultura de temporal y la caza y la pesca, dentro de una organización más bien de carácter tribal”.
La científica francesa, que ha estudiado con John Rowe en Berkeley y ha investigado en Alemania y Francia, deduce una lección para hoy. Explica que los piuranos cometieron un “gravísimo desatino” al destruir la espesa selva de algarrobos que impedía que los vientos transportaran arena, ramas y troncos. De paso, nos enseña que en italiano algarrobo significa árbol de carruba. (Pensando Américas-Diario Uno, de Perú)
(*) Periodista, analista político y Director del diario peruano UNO