Lic. José A. Amesty R.

El Bloqueo Financiero del gobierno de los Estados Unidos a Venezuela y la Guerra Económica (sanciones y embargo petrolero), han repercutido negativamente y de manera notable, en las personas que sufre alguna enfermedad en Venezuela, hasta el punto que las noticias opositoras muestran al gobierno bolivariano, como los culpables de tal situación, resaltando en sus noticias el sufrimiento de niños/as, ancianos/as, jóvenes y otros. El presidente Nicolás Maduro, ha denunciado, por ejemplo, “que los programas de “asistencia humanitaria” de Petróleos de Venezuela (PDVSA) fueron afectados por un bloqueo financiero de Washington”.  Pero antes de que se empezaran a aplicar las sanciones en 2017, Venezuela ya sufría una merma de medicamentos, agravada por la caída de los precios y de la producción petrolera a sus peores niveles en varias décadas.

Veamos tres casos:

1. El de la señora Ani Camacho junto a su hijo Abdiel, quien requiere un trasplante de médula ósea. Su lucha contra una leucemia linfoblástica ha sido difícil, al punto de recibir fármacos vencidos por falta de ellos. Ya sufrió una recaída. Su trasplante no puede esperar.

2. El sueño de ser un beisbolista de las Grandes Ligas parecía empezar a tomar forma para Néstor Urbaneja, de 14 años, cuando fue invitado a unas prácticas en Arizona. Pero poco antes de viajar a Estados Unidos, en agosto de 2017, fue diagnosticado con aplasia medular severa, por lo que requiere un trasplante de médula para el que no hay donantes compatibles en Venezuela. Néstor, que pertenece al equipo menor de los Leones del Caracas, ya no quiere tomar las medicinas que a duras penas consigue su madre, Angi Terán. “Mamá, ya no luches más, ya tú estás cansada así como estoy cansado yo”, le dice, pero ella no se rinde: emprendió una cruzada para visibilizar el drama de una veintena de menores que requieren trasplantes.

3. Además de lidiar con la falta de recursos para atender la aplasia medular de su hijo Jerson, de 14 años, Verioska Martínez depende cada vez más del CLAP, la caja de alimentos subsidiados que distribuye el gobierno.

Lo primero que vemos en éstos y otros relatos, es la exagerada forma de presentarlos, sin duda alguna, se busca que la gente, sienta lastima por los mismos, es una forma de manejar la miseria humana (no hay que jugar con la miseria humana) y más, si es provocada por el gobierno de los Estados Unidos. Aunque no avalamos ni estamos de acuerdo con tal situación, no es la forma de presentar tales casos, indicando que el único culpable es el gobierno bolivariano.

Parece que el drama de los involucrados, ciega y nubla la indicación, que tal situación es por el embargo petrolero, las sanciones económicas, que impiden la adquisición de medicamentos y equipos de salud.

Jamás se ven cómo daños directos provocados por Estados Unidos, las medidas impuestas por el imperio gringo a Venezuela y otros países de América Latina.