Falacia y distorsión contra la vida real de #Nicaragua

Ene 09, 2018

Por Edwin Sanchez

Al comenzar el Año Nuevo, los hechos mantienen la tendencia del último quinquenio: Reconciliación más Concordia, igual a una Paz de largo aliento para las inmensidades de nicaragüenses. Y desencuentros y discordias intestinas entre la derecha conservadora que, en sus diversas presentaciones, se autoproclama el Puesto de Mando de la Verdad Absoluta.

Mientras se conoció que la conciencia ciudadana está en alza con el rechazo casi total a la Nica Act, se produjo la primera manifestación pública de “la oposición verdadera” con ocho personas.

En una encuesta divulgada a inicios de enero por la firma M&R, se indica que nueve de cada diez ciudadanos está convencido de que el proyecto legislativo dañará a todos los nicaragüenses. Además, ocho sostienen que sus efectos serán perjudiciales para la economía y contraproducente para la democracia.

En tanto, la frustrante convocatoria en los alrededores del monumento a Pedro Joaquín Chamorro en Managua, disparó todas las alertas amarilla, verde y roja de la hiperderecha. Comenzar el año con estas “pintas” les augura un clima desértico.

La capital cuenta con una población de 1 millón 400 mil habitantes, según el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide, 2016). La Agencia ProNicaragua (2017) registra un millón 507 mil 330.

La súper poblada ciudad le ha dado la espalda a la extrema derecha deshabitada. Los radicalistas, sin querer jugárselas en las elecciones, calculan que al infamar a Nicaragua de tener “una dictadura”, podrán usar a los Estados Unidos para que les desbroce el camino al poder.

Si solo ocho personas, del millón y medio de capitalinos asumen el alucinado discurso, la frustración conservadora no es fácil de ocultar.

Los managuas y resto del país inundaron los mercados en diciembre, celebraron la Navidad, participaron masivamente en cruzadas evangélicas y procesiones católicas, fueron a las playas; colmaron el majestuoso Estadio Nacional Dennis Martínez y estrenaron las modernísimas instalaciones deportivas, durante los Juegos Centroamericanos.

Tampoco las prestigiosas revistas de viajes y periódicos del planeta ven por ningún lado la “angustia” del pueblo “oprimido”, al punto que recomiendan a la patria de Rubén Darío como un destino ineludible en 2018. Incluso, seleccionan al país entre los más gratos del mundo donde jubilarse, vivir con estilo y escribir las mejores páginas de su biografía.

En relación a la Nica Act, es de subrayar que más cantidades de nicaragüenses se sumaron al rechazo, respecto a la medición anterior, al considerar los efectos desastrosos que una medida adoptada por el Capitolio provocaría a la nación.

Además, ocho de diez entrevistados “concuerda con lo expresado por autoridades del Gobierno, en el sentido que propuestas como la llamada Nica Act son promovidas por personas que no reconocen el derecho de los nicaragüenses a vivir alejados de conflictos de tiempos pasados”.

Debemos recordar que en septiembre pasado, M&R reveló que el 84.2% del pueblo de Nicaragua demostró su acuerdo con el Memorándum de entendimiento suscrito entre el Gobierno de Nicaragua y la Organización de Estados Americanos. Esta ordena las directrices para el fortalecimiento institucional, el perfeccionamiento de la democracia y el eficiente desempeño del árbitro electoral.

Con base al documento, el informe de la OEA –que avaló las elecciones de noviembre– aconseja que el Sistema Electoral nicaragüense “se beneficiaría de una reforma electoral comprensiva, que abarque diversos temas. Es necesario un marco jurídico y administrativo de carácter permanente, en busca de mayor confianza y seguridad a las fuerzas políticas y a la ciudadanía” (El 19 Digital, 20 de diciembre 2017).

Ningún Estado de la Tierra cuenta con un sistema de gobierno inmaculado. Lo que cuenta es ir hacia adelante, depurar, corregir, concordar, unir. Y es lo que precisamente hace el Sandinismo. Por eso su Administración transmite confianza ante:

La ciudadanía

El 80.0% aprobó, en octubre anterior, la gestión de gobierno del presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo; el 2.9% la desaprobó.

Los inversionistas

Si Nicaragua es tratada como una joya, Pandora, el tercer fabricante mundial de pulseras, cordones, pendientes, colgantes en oro y plata de ley…, con “diseños exclusivos, elegantes y femeninos”, no podía faltar: engastó su fe en la República. El presentante de la manufactura danesa elogió las facilidades ofrecidas para su apertura.

Una empresa nórdica de esta categoría nunca podría operar en ambientes de caos, conflictos y al borde de una crisis nacional, peor bajo aquellos gobiernos autoritarios que desprecian la personalidad del ciudadano. La esencia de la firma es la libertad en su concepto más espléndido: que “la mujer exprese su individualidad”.

Las publicaciones especializadas

“Aunque las personas menores de 40 años aún recuerdan la Revolución Sandinista es notable que este país centroamericano se haya convertido en un sinónimo de lujosas vacaciones en la playa, refugio de expatriados, de seguridad, protección e incluso de glamur” (The Telegraph).

América Latina

“Nicaragua es la nación latinoamericana donde más se aprueba la gestión gubernamental”. En octubre, al contrastar el desempeño del presidente Daniel Ortega en relación a sus homólogos en América Latina, la organización Latinobarómetro ubicó al líder sandinista como el mejor evaluado en el hemisferio.

Esta es la vida real. No obstante, para la hiperderecha los hechos no importan, sino la distorsión. La evidencia es innecesaria, basta la desinformación. Si el dato es muy inconveniente, hay que lapidar mediáticamente a la empresa, institución o a quien lo diga, así sea un alto representante de la OEA.

Destruir a como sea, y al precio que sea, la robusta actividad económica, social y empresarial de un país, con tal de conquistar el tablero de mando, no es lo que se esperaría de una verdadera institución democrática.

La visión y misión de un partido nunca sería la de atentar contra el desarrollo de su mismo país. Ese espíritu de destrucción es propio de las hordas. (Pensando Américas-La Voz del Sandinismo)