Eructar sobre #Cuba para cobrar en Estados Unidos
Por Agustín Palermo (*)
A estas alturas de la historia (casi sesenta años de revolución), cuando se trata de atacar a Cuba, ya no llama la atención que la “gran” prensa le dé primeras planas a gente que se autodenomina disidente dentro y fuera de la isla, pero que nunca en su vida han sido capaces de movilizar ni siquiera a su propia familia para que le acuerpen en alguna acción; lo patético es que hasta sus amos del Norte que les entregan limosnas para que chillen, los aborrecen por incapaces y serviles.
No extraña que en estos días los medios comerciales le den tanto micrófono y pantalla a Rosa María Payá, hija del otrora, dizque “defensor” de los derechos humanos, Oswaldo Payá Sardiñas, quien gracias a los premios internacionales que le fabricaban, solía vivir a cuerpo de rey paseando en su Yate personal en las playas de Varadero.
La publicidad en los grandes medios titulan: “Rosa María Payá llama a evitar una sucesión dinástica en Cuba”. La joven Payá es consciente que lo que sale de sus labios son sólo eructos, y jamás un mensaje; sabe que es una completa desconocida en Cuba y, entre la gente entendida fuera de la isla; que por más titulares que le hagan, sus gritos siempre serán intrascendentes.
En el pasado los enemigos de Cuba vociferaban que Fidel quería eternizarse en el poder, pero se equivocaron; Fidel siempre dijo que no estaría en la presidencia “ni un minuto más, pero tampoco ni un segundo menos” (él disfrutó por más de diez años, la obra revolucionaria que encabezó, observando el trabajo de los nuevos cuadros forjados en todos este tiempo). Ahora gritan que, Raúl no quiere ceder el poder, y argumentan que si bien dejará la presidencia, continuará siendo Primer Secretario del Partido. ¿Y qué quieren? ¿Que se vaya a pasear a Varadero al estilo de Payá Sardiñas? En una ocasión Fidel expresó: así como un ingeniero es ingeniero hasta que se muere o un doctor es doctor hasta que se muere, también un revolucionario, es revolucionario hasta que deja de respirar. ¡Que nadie espere que Raúl se pensione de revolucionario!
El sistema político cubano no es copia de ningún otro, y Raúl, líder indiscutible del único partido que hay en Cuba, siempre tendrá voz y orientación imprescindibles para Cuba; él estuvo en el asalto al Cuartel Moncada, en la Sierra Maestra, en Girón, en la Crisis de los misiles y junto a Fidel resistió cerca de seis décadas, todo tipo de embates del mayor imperio que haya existido jamás en el mundo; esa experiencia con todas esas responsabilidades no la tiene nadie hoy en la isla. De modo que los enemigos de la revolución, se morirán esperando que Raúl se vaya de vacaciones.
Cuba es un país soberano y revolucionario, que desde 1959 sólo ha escuchado la voz del pueblo; el gobierno jamás ha prestado atención a las voces imperiales y menos aún a las de sus asalariados. Estados Unidos y sus medios no entienden que lo que se ha hecho en Cuba es una revolución auténtica. Quienes la conducen son los que encarnan los logros, luchas y esperanzas del pueblo. Ahí no se gobierna para agradar a alguien que no sea el pueblo cubano, y no se toma ninguna decisión pensando en lo que dirán sus enemigos.
Lo que sucede es que Rosa María Payá está extraviada de tanto consumismo, vida frívola y viajes por el mundo; su obligación es eructar cualquier ocurrencia, para luego cobrar. (Pensando Américas)
(*) Colaborador de Pensando Américas