En la Plaza de la Revolución #cubana: ¿Qué me ha dejado el desfile?

Mayo 01, 2017

Por  Alina M. Lotti

Esta vez no estuve en la tribuna, como otras tantas veces en labores periodísticas. Esta vez, en busca de historias cotidianas, de testimonios patrióticos y de imágenes que guardaran por siempre el Primero de Mayo en la Plaza de la Revolución, preferí unirme al pueblo, en el núcleo de la avanzada, junto a los jóvenes.

Ellos amanecieron allí, acompañados de la tecnología digital, con bocinas y celulares, pero también con banderas en las manos e imágenes dibujadas en los rostros con los símbolos patrios y muchas, pero muchas frases, relacionadas con Fidel y con Cuba.

A una sola voz se unían todos: “Yo soy Fidel, yo soy Fidel”, repetían una y otra vez, como para que no quedaran en el vacío esas palabras hermosas. Luego, tarareando a Buena Fe y otras canciones que por estos días hacen época en Cuba, levantaban las manos y los puños en símbolo de victoria.

Ha sido un amanecer distinto y colorido. La Plaza de la Revolución José Martí, colmada como siempre por el pueblo, ha sido este Primero de Mayo la confirmación de que los cubanos queremos la unidad por encima de todas las cosas.

Mis pasos por la histórica Plaza me dejan el sabor de que —al margen de las dificultades cotidianas— nosotros amamos esta tierra, de la que nacieron hombres tan grandiosos como Martí y Fidel, y otros que ahora también se rememoran con orgullo y dignidad como Lázaro Peña, el Capitán de la Clase Obrera.

Esta vez no me quedé en la redacción, fría y silenciosa. Creo que a partir de ahora —a propósito de dicha celebración— caminaré junto a mi pueblo, junto a los estudiantes y trabajadores que sienten y aman a Cuba tanto como yo. (Pensando Américas-CubaSí)