Clamor mundial contra el bloqueo yanqui a Cuba
Por SERGIO ORTIZ
Se viene, inexorable, la victoria número 29 de la Patria de José Martí y Fidel Castro sobre la política estadounidense de bloqueo, en la Asamblea General de la ONU. Esas repulsas mundiales comenzaron con la votación de 1992 y el próximo 23 de junio será la vigésimo novena vez. La isla suele recoger entre 187 y 189 votos positivos sobre las 193 naciones representadas en la entidad creada en 1945. Esta será la 76° Asamblea General y sólo en la anterior, durante septiembre de 2020, esa moción cubana no se votó porque la pandemia obligó a la virtualidad y se achicó el temario.
Pero este año el imperio tendrá su merecida nueva derrota política y diplomática. La única duda es si los estados genocidas de Estados Unidos e Israel serán o no acompañados por el Brasil del neonazi Jair Bolsonaro, como en 2019; y si entre las abstenciones se mantendrán las de los gobiernos de Colombia y Ucrania, que ese año hicieron la de Poncio Pilatos, de lavarse las manos aunque Iván Duque y Vladimir Zelensky las tienen muy manchadas de sangre popular.
Una votación tan amplia favorable a la isla tiene una gran importancia política y diplomática. Mostrará que el mundo está abrumadoramente a favor del levantamiento de la medida estadounidense que califica como delito de genocidio (incisos B y C del artículo 2 de la Convención sobre el Genocidio de 1948). En un diferendo tan grave, es sumamente importante que la población mundial, cercana a los 7.000 millones de habitantes, sepa de qué lado está la verdad.
Que 190 países levanten la mano y la voz a favor de Cuba, y solamente el agresor y un par de aliados indignos lo secunden, sin argumentos, deja como inservibles lo que digan las marañas de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Fox, CNN y demás agencias internacionales que sintonizan la onda del Departamento de Estado. Podrán seguir destinando muchas horas para denostar a la isla de la Dignidad como una supuesta dictadura y beatificar al imperio como “la mayor democracia del mundo”, pero en este punto concreto del bloqueo sus mentiras son como un vaso de cristal arrojado desde un quinto piso.
ARGUMENTOS CUBANOS
El informe de la cancillería cubana al secretario general de la ONU, Antonio Guterres y las diversas representaciones documenta los graves daños económicos directos ocasionados por el bloqueo a la economía isleña desde abril de 2019 hasta marzo de 2020. La suma de ese lapso da 5.570 millones de dólares, que se añaden a los que venían arrastrándose desde el inicio del bloqueo, en febrero de 1962. Todo suma 144.413.4 millones de dólares.
Ese inventario de maldades y sufrimientos es duro de leer, pero muy necesario. El objetivo del agresor fue el de siempre: rendir por hambre a la población de un pequeño país que hoy tiene 11.209.628 habitantes (según el Anuario Estadístico Cubano de 2018) y empujarlo hacia una rebelión contrarrevolucionaria frente a sus autoridades políticas y el sistema socialista que empezó en la revolución de enero de 1959 (estrictamente en abril de 1961, tras derrotar en Playa Girón a la invasión organizada por la CIA).
Ese objetivo político iniciado por el demócrata John F. Kennedy y agudizado entre 2027 y 2021 por el republicano Donald Trump con 242 medidas de reforzamiento de bloqueo y sanciones contra 231 empresas cubanas, no fue alcanzado. Al contrario, lamiéndose algunas heridas y autocriticando algunas medidas, el Partido Comunista Cubano, columna vertebral y cabeza dirigente de esa revolución, hizo con éxito su VIII Congreso Nacional, en abril pasado, y ratificó el rumbo socialista y la condición estratégica de las empresas del Estado y del plan estatal, combinadas con cooperativas, cuentapropistas y empresas privadas, incluso firmas extranjeras que son muy bienvenidas a la isla como las canadienses, españolas e incluso norteamericanas. Estas últimas, por las medidas de Trump debieron retirarse del mercado cubano, caso de Harriott y cerrarse Western Union.
La bestialidad del bloqueo no respetó siquiera el rubro Salud, en ese período que abarca el primer trimestre de 2020, cuando ya había aparecido la epidemia, devenida en pandemia, en la categorización de la Organización Mundial de la Salud.
La Empresa Importadora y Exportadora de Productos Médicos (MEDICUBA S.A.) se dirigió a 50 compañías de USA para importar equipos, remedios y otros insumos de salud. Apenas 3 tuvieron el mérito de contestar que no podían comerciar con Cuba por el bloqueo. Las otras 47 no respondieron. Así los enfermos de cáncer de próstata, de mama, pulmón, vejiga, etc, se quedaron sin medicamentos.
A los argentinos nos importa subrayar la conducta criminal del laboratorio Pfizer, al que la derecha macrista y los medios concentrados le hacen de lobbistas. MEDICUBA pidió a esa farmacéutica comprar remedios para el carcinoma renal metastásico, el cáncer de mama metastásico hormonosensible y el de pulmón. Pfizer, con inversión del fondo buitre BlackRock no contestó. Y muchas vidas se fueron apagando lentamente.
¿PARA CUÁNDO VIEJO BIDEN?
En 1963 Palito Ortega componía “Para cuándo joven, para cuándo?”. Y Joe Biden llegaba diez años después por primera vez a ser senador por Delaware. Fue durante ocho años el vicepresidente de Barack Obama (2009-2017), y sobre el final de ese mandato, en diciembre de 2014, el afroamericano dialogó con Raúl Castro y avanzó hacia una cierta normalización de relaciones, que se restablecieron en julio de 2015. Ese cambio, si bien no fue total, supuso un progreso por relajar el bloqueo, que era una “política fracasada”, segun admitió Obama. Una expresión diplomática: EE UU se abstuvo en la Asamblea General de la ONU de 2016, en vez de votar cerrilmente en contra, como hacía antes y como después volvió a votar con Trump.
Biden tiene hoy 78 años y este 20 junio cumplirá cinco meses como presidente. El tema lo conoce, él fue parte de la administración Obama y es irrefutable la denuncia cubana de que el bloqueo se agravó con el magnate que él reemplazó en la Casa Blanca. Pero hasta el momento no hizo nada para modificar el bloqueo. ¿Para cuándo viejo Biden?, podemos parafrasear al viejo Palito.
No solamente no tuvo la sensibilidad de decir “bueno, al menos le podemos vender y cobrar cash a Cuba los medicamentos vinculados con el COVID-19”. No. Nada. Nadita. Ni siquiera eso. Esto deberia terminar de convencer a tantos ingenuos o analfabetos políticos, diría Bertolt Brecht, de lo que significa el imperialismo. Cero humanismo, para decirlo sintéticamente.
El 11 de enero de 2021, a nueve días de dejar el Salón Oval, el neonazi Trump y su secretario de Estado, Mike “Svástica” Pompeo, firmaron la orden de reintroducir a Cuba en la “lista de países patrocinadores del terrorismo”. Había sido puesta allí en 1982 por Ronald Reagan, un pésimo actor en todos los roles menos en el de gran dictador, y sacada por Obama en su “primavera habanera” de mayo de 2015.
Figurar en esa lista de estados patrocinadores del mismo supone para la isla una sobrecarga de sus penurias por el bloqueo. Por ejemplo, si los bancos en Cuba no pueden recibir dólares en depósitos desde el 21 de junio venidero es porque luego no puede depositarlos en el exterior, dado que no se le permite operar con esa divisa. Lo explicó el Banco Central de Cuba, pero El Nuevo Herald de Miami, afluente de la cloaca cubano-americana, titulaba ayer: “Prohibición de depositar dólares en efectivo encarecerá la vida de los cubanos de a pie”. La nota aseguraba que “medidas como esa hacen que sea realmente difícil para la gente ganarse la vida, es otra capa de control estatal que estrangula el espíritu emprendedor de los cubanos”.
El 23 de junio es la votación en la ONU. Sin disminuir su importancia, lo que al final podrá derrumbar el bloqueo es, como clave, la heroica resistencia cubana y, como ayuda, el acompañamiento de la humanidad.
Sería bueno que ese día haya actos donde la pandemia lo permita, caravanas, conferencias virtuales, documentales, twitazos, muraleadas, pintadas, banderas cubanas y del país, posteos, colectas solidarias, poemas, artículos, pancartas de Martí, Fidel y el Che. Ese día y siempre abrimos nuestro corazón; el 23 todos y todas somos Cuba.