Brexit: Impactos en América Latina

Jul 05, 2016

5 julio 2016 

Por: Gladys Cecilia Hernández Pedraza

Una mujer porta un cartel este sábado 2 de julio durante un protesta en la puerta de Branderburgo, Berlín, durante una protesta contra el Brexit. 

Luego de la sorpresiva decisión de Reino Unido, en la cual el 52% de los ciudadanos británicos votó a favor de abandonar la Unión Europea, los mercados financieros del mundo han reaccionado con notable incertidumbre y volatilidad.

La mayoría de los inversionistas globales no lograron anticipar la decisión del pueblo británico de romper con Europa. Las encuestas de última hora no presagiaron la tormenta que se desencadenó en la jornada del viernes 24, tras abrir las Bolsas. A los 10 minutos de sonar la campana de apertura se había negociado ya casi la mitad de operaciones que un día normal. Al final de la jornada el volumen de contratación casi triplicaba el promedio mensual, según datos del operador bursátil Bats. Todas las órdenes de los inversores eran de venta y la caída se extendió rápidamente por los índices del Viejo Continente.

La reacción de los mercados un “día después” del Brexit, con la caída de la libra (que se hundió a mínimos de 30 años frente al dólar, mientras que las bolsas de valores del mundo y las monedas también caían con fuerza), el aumento de las primas de riesgo, y las pérdidas en los índices bursátiles británicos, europeos y mundiales, responde a las predicciones anunciadas por algunos expertos económicos. Sin embargo, la previsión para las semanas y meses próximos es un incremento de la volatilidad en los mercados financieros, en los cuales cabe esperar nuevas caídas de los índices bursátiles en un contexto general de pérdidas netas de valor.

Este comportamiento de los mercados financieros simplemente reflejará algunas de las certezas que ya pueden comentarse, a pesar del elevado grado de incertidumbre implícito en el análisis. En primer lugar, se hace evidente que la ausencia de libertad de movimiento que condicionaba el flujo de mano de obra entre la UE y Gran Bretaña debe influir negativamente en el crecimiento económico de Gran Bretaña en el mediano y largo plazo.

Adicionalmente, vale recordar que el 44% de las exportaciones inglesas se concentra en Europa, por lo que resulta difícil cuantificar aún los impactos negativos que tendrían sobre el desempeño económico la nueva dinámica comercial,   resultante del proceso de negociación de la salida. El FMI ha declarado que la caída del PIB pudiera ser del 5,5% en 2019, si Gran Bretaña se acoge a las reglas de la Organización Mundial del Comercio en una nueva relación con la UE. Al triunfar el Brexit, se abre un periodo como mínimo de dos años en que Gran Bretaña tendrá que renegociar sus relaciones con la Unión Europea para establecer un nuevo marco económico y redefinir por completo las normas con las que comerciar con sus ya exsocios. En este contexto, cabe apuntar que cualquier evento que pueda influir en el resultado final de estas negociaciones provocará cambios en los mercados financieros

En la Unión Europea, Irlanda, Holanda, Bélgica cuyas exportaciones a los mercados británicos son considerables, así como Alemania, Francia y Portugal también experimentaran afectaciones en su comercio y consecuentemente en el crecimiento económico. Adicionalmente, la depreciación de la libra y la reducción de los ingresos en Gran Bretaña impactarán el sector turístico. Este escenario de menor crecimiento económico generará problemas adicionales al sector monetario financiero europeo, ya muy presionado por los bajos tipos de interés, y por los volúmenes de deuda, tanto pública como externa. Los expertos ya aseguran que las agencias calificadoras de riesgo puede penalizar la deuda soberana británica y reducir su rango.

Para el sector financiero propiamente, cuyo peso representa el 12% del PIB británico, con un volumen de negocio anual que ronda los 180.000 millones de libras (240.354 millones de dólares), la salida impone retos cruciales también. La City, gran centro financiero europeo, considerada líder indiscutible en el mercado de divisas, donde se realiza el 40% de esta actividad a escala mundial, o de los derivados OTC, (Over the counter) con la mitad del negocio internacional. También es sede de las cámaras de compensación en euros, encargadas de la liquidación de la negociación de valores en esta divisa, a pesar de no pertenecer al club de la moneda única y tras ganar el pasado año el pulso al Banco Central Europeo, que reclamaba para la zona euro la base de esa actividad.

La City es cuartel general de los grandes bancos de negocios y puerta de acceso al mercado europeo de los gigantes estadounidenses, que hoy se replantean Londres como sede principal de su negocio, tras el triunfo del Brexit. De hecho, Dublín, Fráncfort y Luxemburgo son las grandes alternativas a Londres y entidades como JP Morgan o HSBC ya han reconocido que trasladarán una parte importante de su actividad a estas ciudades.

Los impactos sociales a lo interno también resultan preocupantes. En un informe reciente del Tesoro Público británico, se plantea que será necesario incrementar en 36 mil millones de libras (48.052 millones de dólares) los aportes al presupuesto antes de 2030 a consecuencia de los costos de la salida de la Unión Europea. Por lo que los contribuyentes verán incrementarse los impuestos sobre la renta. A esta realidad se añaden las declaraciones del ministro británico de Finanzas, George Osborne quien plantea que el Brexit impondrá una factura de 38.000 millones de euros (42.135 millones de dólares) de recortes en gasto social al país.

Los mercados financieros también han apostado a las posibles implicaciones políticas asociadas al Brexit. De producirse una salida futura de otros países, ello tendría efectos negativos de incalculables consecuencias para el crecimiento y empleo en la Unión Europea. Esta incertidumbre está siendo anticipada por los mercados y reflejada en las caídas de precios observadas en el “día después” y en la mayor volatilidad de precios que deberá observarse en los próximos meses pues cualquier noticia que modifique las expectativas sobre la integración europea provocará cambios en la cotización de los índices bursátiles europeos y mundiales.

Impactos del Brexit para América Latina y el Caribe

Gran Bretaña finalmente concluyó una de las alianzas estratégicas más importantes de la Post Guerra en un impresionante movimiento que dejó atónitos a la gran mayoría de los analistas que pensaban que tal desempeño resultaba improbable.

Por supuesto que estos analistas han desechado la historia y los elementales factores de sobrevivencia del propio sistema que la tal teoría neoliberal pretende borrar de la faz de la tierra. La globalización más reciente, la financierización, los avances de las tecnologías de la informatización no han eliminado las contradicciones intrínsecas, ni los sesgos nacionalistas que dieron surgimiento al sistema capitalista.

La profundización de la crisis y su reciente nuevo capítulo migratorio, así como la insatisfacción de la clase media ante las promesas incumplidas por el neoliberalismo y los impactos sociales que hoy se perciben en los países desarrollados han desatado las pasiones neofascistas y nacionalistas, por lo que esta salida de Gran Bretaña de la Unión Europea pusiera constituir el antecedente en lo que muchos han valorado como probable éxodo para otros miembros de la Unión.

Mientras las autoridades británicas se enfrentan a los impactos del voto, el resto de las regiones y países del mundo también deberá enfrentar las consecuencias de este proceso. América Latina y el Caribe, en su condición de región subdesarrollada, también deberá enfrentar los retos que genere esta situación. Cualquiera que fuese la trascendencia del hecho, la región percibirá impactos, en su mayoría preocupantes, para sus políticas económicas, sociales, de cooperación, en incluso en el propio plano de las relaciones políticas.

En un primer momento se destaca en propio elemento de la incertidumbre. No resulta fácil predecir los posibles impactos para la región cuando en realidad este es un fenómeno que ha generado gran incertidumbre para todas las economías en general. El Brexit se acaba de sumar a la ya poca transparencia que se observaba en el panorama de las tensiones globales. Para América Latina, ello se traduce en una mayor vulnerabilidad para acceder a financiamiento y un incremento en los costos de préstamos, ya que habrá una explosión de la inestabilidad en los mercados financieros así como mayores niveles de incertidumbre con relación a los sectores de exportación. La reacción neoliberal ante tal panorama estará probablemente vinculada a reducciones de los gastos públicos para tratar de influir en los déficits. Ello en un contexto de potencial explosión de una nueva crisis de la deuda externa, si por casualidad, finalmente, la Reserva Federal Norteamericana decidiera incrementar sus tasas de interés, pudiera resultar catastrófico para la región.

Aunque algunos analistas, de forma optimista, vaticinan que los mercados se ajustarán “pronto”, lo cierto es que Gran Bretaña necesitará al menos dos años para reajustar todo su entorno legal internacional, lo que imprimirá una volatilidad renovada al proceso.

Otros analistas ya comentaban sobre una nueva oleada de obstáculos para la economía mundial, donde el “estancamiento secular generalizado” del crecimiento económico, pasaba a ser un elemento adicional del contexto actual. Resulta evidente que el Brexit puede desencadenar otros impactos adicionales que de una forma u otra regresarán a la región latinoamericana y caribeña, por la vía de los tradicionales canales de transmisión: comercio, inversiones, cooperación, entre otros.

Entre estos posibles efectos se encuentra el debilitamiento del entorno económico europeo, con un consecuente incremento adicional de la contracción en la demanda de importaciones, lo que podría afectar el comercio, con otros países como China, que recientemente ha estado jugando un papel crucial en la importación de las materias primas procedentes de la región latinoamericana. Aunque en la actualidad Latinoamérica se encuentra buscando un tránsito hacia nuevas formas de inserción en el mercado chino que incrementen las exportaciones de servicios y producciones de mayor valor agregado,   sin dudas todavía queda mucho por hacer en este sentido.

Otro elemento a tomar en cuenta es que el propio comercio bilateral con Gran Bretaña y las negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur pueden correr determinados riesgos. Si bien el comercio regional con Gran Bretaña representa sólo alrededor de 0.65% del total de exportaciones regionales, los cierto es que algunos países están más expuestos al mercado Británico que otros, especialmente Colombia y Brasil.

Otro factor crucial es la inversión extranjera. Para algunos casos, la inversión proveniente de Gran Bretaña resulta importante, tal es el caso de Perú, donde representa el 18% del total que recibe el país. Algunos expertos han manejado una idea interesante en este sentido, ya que la región latinoamericana y caribeña pudiera comenzar a recibir mayores volúmenes de inversión británica a raíz del Brexit, aunque esta evaluación a priori de los intereses de las empresas británicas pudiera chocar con los elevados niveles de incertidumbre global presentes en los mercados financieros internacionales.

Adicionalmente, otro de los debates en el contexto del Brexit para la región se ubica en la posibilidad real de reiniciar las negociaciones Unión Europea- Mercosur para establecer un acuerdo comercial, después de haber transitado por más de 16 años sin haber logrado ponerse de acuerdo. Debe recordarse que Europa se ha convertido en el inversionista por excelencia y el segundo socio comercial para la región. La nueva situación probablemente prolongue las negociaciones. Simultáneamente, un acuerdo bilateral Mercosur- Gran Bretaña, aunque posible, no parecería probable.

En el plano de las fluctuaciones cambiarias, parecería creíble un fortalecimiento del dólar, auspiciado por el debilitamiento de la libra esterlina y del euro. Esto tiene implicaciones negativas para cualquier país que tenga deudas denominadas en dólares. El Brexit constituye también una preocupación para los países que dependen de importaciones de los Estados Unidos, especialmente si la apreciación del dólar se traduce en una reducción en los niveles de crecimiento económico en EEUU. No debe pasarse por alto que tal situación pudiera posponer en alguna medida la elevación de las tasas de interés norteamericanas.

Toda esta situación de volatilidad e incertidumbre pudiera pesar en las negociaciones del tratado de comercio transatlántico (TTIP) entre los Estados Unidos y la Unión Europea también. El deterioro de la situación para Europa puede hacer más difíciles las negociaciones. Si se analiza desde una perspectiva marxista, este puede ser un escenario positivo para la región latinoamericana que no resultaría beneficiada con este acuerdo, que realmente constituye una amenaza para América Latina, particularmente para los países cuyo comercio fundamental se concentra en EEUU. Si los Estados Unidos y la Unión Europea logran llegar a este acuerdo, América Latina podría perder su acceso privilegiado a los mercados norteamericanos.

(De Cubadebate)