La ex presidenta Dilma Rousseff advirtió que Brasil debe estar atento a una posible radicalización del golpe de Estado que la apartó de su cargo el pasado año y hoy avanza, a pasos largos, hacia su ruina.
Sabemos que Brasil tiene una tradición de acentuar, de radicalizar la característica de los golpes, sostuvo la ex mandataria y recordó que fue así en el proceso de la dictadura militar, el cual comenzó en 1964 y se convirtió en una maquinaria de matar, torturar, exiliar y encarcelar a partir de 1968.