Algo más sobre el Foro de la Sociedad Civil cubana

Lillian Álvarez
El 17 de marzo tuvo lugar en La Habana el foro “Pensando Américas” de la sociedad civil cubana como un espacio de intercambio de experiencias e ideas de cara a la VII Cumbre de las Américas, que bajo la premisa “Prosperidad con Equidad: El Desafío de Cooperación en las Américas” se celebrará en Panamá, en abril próximo.
Los debates se organizaron primero en cuatro comisiones en la Casa del Alba y la Casa de las Américas para abarcar los ocho temas del Foro de la Sociedad Civil que sesionará de modo paralelo a la Cumbre: Gobernabilidad Democrática, Participación Ciudadana, Migración, Seguridad, Energía, Medio Ambiente, Salud y Educación. Luego se desarrolló la sesión plenaria en la Casa de las Américas.
Es de destacar que el Foro de la sociedad civil en la Cumbre no se plantee como temas problemáticas tan importantes como la cultura o la necesidad de la lucha contra todo tipo de discriminación, ya sea racial, sexual o de cualquier otro tipo, ni aborde los problemas del desarrollo, el del hambre, el de los precios de los alimentos, ni el respeto a los derechos laborales, ni el desempleo, ni plantee las consecuencias del monopolio de los medios, las guerras mediáticas, ni la brecha digital, ni tampoco la publicidad comercial y sus consecuencias nocivas sobre niños y jóvenes, ni tantos otros temas sensibles que afectan a la sociedad contemporánea.
Pero en medio de esta batalla de las ideas puede haber quien le resulte confuso el término de sociedad civil. Hay que decir que no existe sobre ella un concepto único; sino varios, en dependencia del que pretende definirla, y que han sido utilizados y manipulados también, con toda intención. “Ningún concepto es inocente, sobre todo cuando sirve para definir el funcionamiento de los colectivos humanos”, dice el teólogo y sociólogo belga François Houtart. Y añade, con respecto específicamente al concepto de sociedad civil: “Su acepción es tan amplia que permite todas las interpretaciones y a la vez abarca todas las ambivalencias”.
El concepto de sociedad civil surge en el Renacimiento, está presente en la doctrina marxista, y fue trabajado brillantemente por Gramsci. Analizando la realidad actual, asumo la clasificación que propone Houtart, el cual, a grandes rasgos, define tres concepciones del término: una burguesa; una a la que llama “angelical”; y una popular.
La concepción burguesa de la sociedad civil incluye a los actores empresariales, ya que el ejercicio de la libertad de empresa es visto como sustancial y como fuente de las otras libertades. El mercado es visto aquí como regulador por excelencia de las relaciones humanas. Sobre la base de este concepto son consideradas parte de la sociedad civil las asociaciones de empresarios, de banqueros, cámaras de comercio y otras organizaciones muy elitistas que reproducen las relaciones sociales capitalistas y representan los intereses de los poderosos. De hecho, es muy común ver en los últimos tiempos, en la discusión de acuerdos comerciales o tratados internacionales, cómo se da participación a una supuesta “sociedad civil” cuyos representantes no personifican para nada los intereses de los diferentes sectores de la sociedad y mucho menos los de aquellos más vulnerables. Esta “sociedad civil” burguesa se manifiesta en plena concordancia con sus contrapartes negociadoras de los países más desarrollados o las corporaciones transnacionales.
Por otro lado, en el modelo neoliberal, donde muchas funciones que corresponden al Estado dejan de ser asumidas por éste –como la atención a la educación, salud, cultura, a los discapacitados, etc.-, al conjunto social no le queda otra alternativa que satisfacer algunas de sus necesidades a través de otros actores no estatales, como pueden ser asociaciones benéficas, fundaciones, etc. Por tanto, no necesariamente un mayor número o diversidad de organizaciones de la sociedad civil implican mayor democratización ni mayor participación ciudadana. En este caso sucede todo lo contrario.
Pero, siguiendo lo planteado por Houtart, hay otro concepto de sociedad civil, y es el que la define como aquel sector compuesto por las organizaciones generadas por los grupos sociales desfavorecidos, por las ONGs, por el sector no comercial de la economía y por las instituciones de interés común, educativas, culturales y de salud. Esta visión “angelical” o, digamos, ingenua, no ve la importancia de las relaciones que se reproducen en el seno de la sociedad y por tanto, es incapaz de identificar intereses y contradicciones clasistas, lo que favorece la existencia de una sociedad civil muy fragmentada, con organizaciones muy vulnerables y propensas a la cooptación por parte de empresas y otras entidades del sistema.
La concepción analítica o popular de la sociedad civil reconoce, según Houtart, que se trata del “espacio donde se construyen las desigualdades sociales y que existen en su seno instituciones y organizaciones que representan intereses de clase muy divergentes” . El abanico de organizaciones que se enmarcan en este concepto va desde las fundadas por el propio sistema dominante, las que son cooptadas por otras organizaciones de este sistema o por las empresas, hasta las se identifican con las luchas sociales y expresan realmente una vocación solidaria en pro del bien común. “El criterio de análisis de múltiples iniciativas que componen la Sociedad Civil «de abajo» -nos dice Houtart- será su carácter antisistémico, es decir, la medida en la cual cada uno de los movimientos sociales o las organizaciones no gubernamentales, contribuyan a cuestionar, en el dominio que les es propio, la lógica del sistema capitalista”.
Hay también quienes definen la sociedad civil por negación y por ello tienden a agrupar dentro del término a todo lo que no dependa del Estado, o que no tenga que ver con el poder estatal, o lo ven como un espacio asociado a la voluntariedad y la espontaneidad, o como algo homogéneo y con un valor exclusivamente positivo. Hay que decir que la sociedad civil por sí sola, no favorece relaciones sociales más humanas ni más justas ya que “no es un cuerpo social homogéneo” y reconocer que en ella “hay fuerzas e intereses de sentido no sólo diferentes, sino incluso contrapuestos”
La visión gramsciana de sociedad civil se identifica con “todos aquellos espacios de socialización pública, de transmisión de códigos y valores, de formación de hábitos culturales y patrones de conducta, de interacción ideológica donde se reproduce cierto tipo de relaciones sociales” , por tanto sus características son la resultante de las relaciones de fuerza que en su seno se debaten y en las que el Estado también desempeña un papel al apoyar a unas e inhibir a otras.
Pero el término de sociedad civil ha sido utilizado por el gobierno de Estados Unidos, los sectores más recalcitrantes de Miami y los llamados “disidentes” asalariados para fomentar organizaciones mercenarias contrarias a nuestro sistema social. Su discurso ignora nuestra verdadera realidad y asume que no hay en Cuba más actores que el Estado y por ello es necesario apoyar la “creación y fortalecimiento” de la sociedad civil , lógicamente, bajo un modelo en el que se favorezca la libertad de empresa y el papel del mercado, se reduzca el papel del Estado, se desarrollen las relaciones de explotación y dominación capitalistas para lograr la necesaria hegemonía que facilite el derribo del sistema político-social vigente en nuestro país.
La sociedad civil que se prevé para nosotros responde esencialmente a los objetivos de la subversión. Para demostrarlo, revisemos qué organizaciones han sido beneficiadas con ayuda financiera desde los Estados Unidos a través de la National Endowment for Democracy (NED) y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) , recordemos los programas descubiertos para incidir ideológicamente sobre los jóvenes, u otros sectores en desventaja social, así como para crear medios o plataformas que produzcan y difundan noticias falsas o manipuladas sobre la sociedad cubana. Ahí están Zunzuneo, Piramideo, y otros proyectos que se han denunciado oportunamente.
Pero la verdadera sociedad civil cubana sí estuvo presente en el Foro de La Habana previo a la Cumbre de Panamá. Con satisfacción vimos a los representantes de las más disimiles organizaciones, un abanico inimaginable para el que tenga como referencia el retrato que de Cuba hacen sus enemigos en este aspecto.
En esa amplia discusión participaron representantes de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales, de la Central de Trabajadores de Cuba, de la Sociedad Cubana de Genética Humana, del Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos, de la Sociedad Cubana para la Promoción de Fuentes de Energía y el Respeto Ambiental- Cubasolar, de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, de la Sociedad Meteorológica de Cuba, de la Fundación Núñez Jiménez De la naturaleza y el hombre ,del Movimiento Juvenil Martiano, del Grupo de reflexión y solidaridad Oscar Arnulfo Romero, de la Asociación de Pedagogos de Cuba, de la Sociedad Cubana de Medicina Intensiva y Emergencias, de la Federación Estudiantil de la Enseñanza Media, de la Sociedad Yoruba de Cuba, del Centro Memorial Martin Luther King , de la Sociedad Cubana de Microbiología y Parasitología, entre tantas otras. Vimos cristianos, abakuás, musulmanes. Más de 300 personas de todas las razas, orientaciones sexuales , niveles de instrucción y profesiones, que representaban más de 170 organizaciones de las existentes en el país, algunas fundadas a inicios del siglo XX y otras casi cien años después. No había organizaciones de banqueros, ni de hombres de negocios, ni sociedades elitistas; pues la sociedad civil cubana es, como Cuba misma, diferente, y es en esencia revolucionaria.
Y en ese foro tan diverso se habló de muchos proyectos de disímiles objetivos. Se expuso la experiencia de la Sociedad Cubana para la Promoción de Fuentes de Energía y el Respeto Ambiental- Cubasolar en el desarrollo del Movimiento de Usuarios del Biogás (MUB); la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, mostró sus acciones con el Movimiento Agroecológico de Campesino a Campesino, desarrollado durante más de 15 años, y el trabajo para promover el uso de fuentes renovables de ener¬gía con la instalación de biodigestores en el campo; la Fundación Nuñez Jiménez De la Naturaleza y el hombre, lo que ha hecho en el fomento de la Permacultura y la educación ambiental; se explicó el Proyecto Transformar para Educar, que abarca más de 600 instituciones educativas a fin de elevar la calidad de la educación desde una acción más participativa. La Asociación de Pedagogos de Cuba se refirió también al método cubano de alfabetización "Yo si puedo" y "Yo si puedo seguir", para dar continuidad a los estudios, una obra de los educadores cubanos que se ha aplicado en 28 países del mundo.
Asimismo en el foro participó la Red en Defensa de la humanidad-Cuba que propuso retomar el Mensaje de la Red de redes ante la Cumbre de Rio+ 20 en junio de 2012, en el que se caracteriza la crisis actual del medio ambiente y sus causas más profundas con propuestas concretas; se planteó la necesidad de transmitir la experiencia de la plataforma de diálogo interreligiosa cubana y se habló de la forma en la que los trabajadores cubanos participaron en los debates a lo largo de todo el país sobre la Ley de Seguridad Social y el Código del Trabajo, entre otros muchos temas.
Los representantes de las organizaciones cubanas hablaron lo mismo de experiencias locales que de proyectos nacionales de sumo interés, que evidenciaron cuánto puede hacerse cuando estas organizaciones se desenvuelven en un país donde el Estado tiene la voluntad política de encauzar y apoyar las iniciativas solidarias y dirigidas al bien común y donde la sociedad civil apoya los proyectos del Estado a favor de la ciudadanía.
Uno de los objetivos de este foro de la Sociedad Civil fue el de presentar la visión de estas organizaciones sobre los ejes temáticos planteados para la Cumbre a fin de elaborar las recomendaciones que serán recogidas en el documento de Mandato. Fue una lástima no poder hablar -por la estrechez de los ocho temas planteados para la Cumbre- de la experiencia de Cuba al erradicar la pobreza extrema, o el trabajo de los Instructores de arte en las comunidades, o cómo se ha logrado que la mujer cubana constituya más del 50 por ciento de la fuerza técnica del país.
Pero bien, no obstante esto, nuestras organizaciones se encuentran preparadas para llevar y compartir nuestra particular experiencia. Veremos si la “sociedad civil” que se preparan para presentar los asalariados del imperio y el imperio mismo puede exponer algún resultado comparable y de mayor impacto social que éstos, aun cuando los nuestros fueron logrados a pesar del bloqueo y los suyos, con la generosa ayuda de los agentes intervencionistas norteamericanos. (Tomado de Rebelión)