ALBA-TCP fijará posición frente a amenazas norteamericanas

Mar 17, 2015

CARACAS.—La reunión de la Alianza Bo­li­variana para los Pueblos de Nuestra Amé­rica-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) que inicia este martes en Caracas fijará sus posiciones respecto a la injerencia de Estados Unidos en Venezuela.

Los resultados de la cita servirán para enviar un mensaje de apoyo y demostrar su postura en la venidera Cumbre de las Amé­ricas a celebrarse en abril próximo en Pa­namá.

El pasado lunes 9 de marzo el presidente norteamericano Barack Obama declaró a Venezuela —a través de un decreto— como una “amenaza extraordinaria e inusual” a la seguridad nacional, aumentando la escalada agresiva contra la nación sudamericana.

Ello ha provocado movimientos de solidaridad con la Revolución Bolivariana en varios países, así como el apoyo de mecanismos regionales como la Unión de Naciones Sud­a­mericanas, que rechazó el decreto injerencista de Estados Unidos.

ALBA, ALTERNATIVA DE SOLIDARIDAD

El ALBA-TCP surgió como una alternativa al Área de Libre Comercio para las Américas, el plan de Washington que abogaba por retomar viejas prácticas con nuevos métodos. El 14 de diciembre del 2004 la capital cubana fue testigo del fin de la estrategia norteamericana. Ese día, los comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez firmaron la Declaración Conjunta y echaron a andar un andamiaje regional que, años después, demostró que otro camino era y es posible.

En el 2009, en una Cumbre Extraordinaria en Venezuela, se decidió nombrarla como Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nues­tra América-Tratado de Comercio de los Pue­blos (ALBA-TCP), como reflejo de su fortalecimiento.

Al respecto, el entonces presidente venezolano aclaró que no era una modificación se­mántica sino de códigos, de sentido y de fon­do, pues el ALBA había pasado de propuesta teórica a plataforma política territorial, geopolítica y de poder.

Al proyecto de Cuba y Venezuela se unieron paulatinamente Bolivia, Nicaragua, Do­mi­nica, Ecuador, San Vicente y las Grana­di­nas, Antigua y Barbuda y Santa Lucía. Estos países suman una población de 74 millones de personas en una superficie de tres millones de kilómetros cuadrados, según el informe de gestión que abarca la década desde su creación.
El ALBA-TCP es una alianza que a lo largo de los años ha ido ganando prestigio político en temas referentes a la defensa de los De­rechos Humanos y de la Madre Tierra; contra el intervencionismo y en favor de la preservación y restablecimiento de la paz, y el apoyo a la autodeterminación de los pueblos. Tam­bién se destaca su activa participación en la construcción de un nuevo orden mundial pluripolar.

El mecanismo de integración regional —que cosecha importantes logros desde el punto de vista social, como la reducción de la mortalidad infantil en el área en 5,1 % desde el 2004— se ha dedicado en los últimos años a profundizar en el tema económico, teniendo en cuenta que el Producto Interno Bruto (PIB) conjunto ha aumentado de 248,3 miles de millones de dólares a 330,7 miles de millones de dólares entre los años 2005 y 2012.

El espacio geográfico comprendido por los Estados miembros del ALBA-TCP posee el 71,6 % de las reservas probadas de gas de toda América Latina y el Caribe, lo cual equivale a 7 000 millones de toneladas métricas aproximadamente.

Resalta además como uno de los lugares del mundo con mayores producciones mineras de aluminio primario y hierro, plomo mina, zinc mina, plata, litio, estaño mina y refinado y de níquel.

Ahora el ALBA-TCP avanza hacia la creación, junto a Petrocaribe y el Mercado Común del Sur (Mercosur), de una Zona Económica Complementaria, con el objetivo de dinamizar sus relaciones políticas y económicas, potenciando el desarrollo del comercio justo y equilibrado que responda a los más altos intereses de desarrollo de los pueblos.

Tomado de Cuba.cu