A 54 años de la gesta de abril
La gesta del 24 de abril de 1965, fue un levantamiento cívico-militar como pocas veces antes presenció la historia de América Latina. No fue realizado buscando prebendas de grupos, ni movido por caudillos, ni para garantizar ganancias a empresarios, sino para que se respetara el mandato popular expresado en 1962 al elegir democráticamente a un presidente, derrocado luego por un golpe de Estado, al profesor Juan Bosch, y a que volviese a imperar la constitución de 1963, derogada por los golpistas.
También era inédito que oficiales jóvenes de unas fuerzas armadas diseñadas para reprimir al pueblo y servir al tirano sangriento, Rafael Leonidas Trujillo, se alzaran contra sus mandos y se pusieran incondicionalmente al lado del pueblo defendiéndolo no solo de la otra parte del ejército neo trujillista, decidida a no permitir una revolución popular en suelo de Quisqueya, sino también de una poderosa invasión militar de los Estados Unidos.
Las imágenes conservadas de aquellas gloriosas jornadas de abril de 1965, solo son comparables a las descripciones de las hazañas restauradoras del siglo XIX. Nunca ondeó más libre, digna y amada la enseña nacional; nunca tuvo a su servicio a tantos defensores abnegados, sin miedo a pagar por su decisión patriótica el precio de sus propias vidas.
La Revolución de Abril de 1965 probó también la falacia de quienes creían que este era un pueblo inerte, resignado, desmoralizado por tantos años de dictadura, represión y hambre; incapaz de luchar por sí mismo, e ignorante de su historia, sus derechos y deberes. Se demostró, en el fragor de los combates y en la decisión de resistir y luchar hasta el final en el reducido espacio de la Zona Colonial a donde fueron confinados los constitucionalistas, que a la decisión de vencer se había unido el
conocimiento exacto de por qué se luchaba, y la conciencia clara de los amigos y enemigos de esa lucha.
Hace ya 54 años muchos falsos ídolos y mitos se vinieron al suelo, arrastrados por el vendaval de un pueblo erguido, que entraba definitivamente en su propia historia. Quedaron deslindados los campos, señaladas las metas, desbrozado el camino. Nunca volvió a ser el mismo este país: ya era imposible dormirlo de nuevo.
Ni los crímenes de los esbirros de Elìas Wessin, ni los bombardeos contra una ciudad indefensa, ni las masacres protagonizadas por los yanquis, acciones todas que cobraron un elevado número de vidas civiles, lograron quebrar el espíritu de resistencia de los constitucionalistas, ni del pueblo dominicano, de cuyo seno salieron. Hubo que negociar, hubo que pactar, fue una enorme victoria moral, no pudieron detener ni revertir, por la fuerza, la marcha de la historia.
54 años después, sigue vivo el ideal de Abril, y sigue llamando al pueblo dominicano a defender sus conquistas, a exigir una vida más digna y mejor, a demandar el respeto a su constitución, el fortalecimiento y ampliación de la democracia y una Patria sin injerencias ni tutelaje externo, libre, soberana e independiente.
Hay demasiada sangre generosa vertida, desde hace 54 años, para que podamos olvidarlo. Entre los que abonaron esa sangre heroicamente, debemos tener presente a Caamaño, el Coronel de Abril; al Coronel. Rafael Fernàndez Domìnguez, entre otros hombres y mujeres patriotas que el pueblo dominicano recuerda por siempre.
COMISION POLITICA. MOVIMIENTO IZQUIERDA UNIDA
Abril 24, de 2019.