20 Años Desde la Fundación de la Brigada Henry Reeve

Por el Embajador S.E. Sergio Manuel Matinez Gonzalez
El 19 de septiembre, hace 20 años, el líder de la Revolución Cubana, el Comandante Fidel Castro, se reunió con un gran grupo de médicos, enfermeros y otros especialistas del sistema de salud cubano para indagar sobre su disposición a viajar a los Estados Unidos y asistir voluntariamente al pueblo de ese país, que acababa de sufrir daños materiales y humanos incalculables debido al devastador Huracán Katrina. Este contingente de médicos y personal de salud recibió el nombre de Henry Reeve, en memoria del valiente soldado estadounidense que luchó junto a nuestros heroicos Mambises en nuestra guerra de liberación contra el poder colonial.
En los 20 años transcurridos desde su fundación, la Brigada Henry Reeve ha estado presente en misiones de apoyo a países que han sufrido emergencias sanitarias muy difíciles, como Pakistán después del devastador terremoto que azotó a ese país, en la lucha contra el Ébola en países africanos, el enfrentamiento a la terrible epidemia de COVID-19, y otros casos resultantes de huracanes y desastres en América Latina, el Caribe, el continente africano y otras regiones del mundo. Su trabajo desinteresado y valiente es un testimonio vivo de la vocación altruista y humanista que caracteriza a la colaboración médica cubana. En la querida hermana isla de Antigua y Barbuda, miembros de la Brigada Henry Reeve ofrecieron su modesta contribución y apoyo para enfrentar los momentos difíciles causados por los efectos de la COVID-19.
Como Cuba ha denunciado en múltiples escenarios, hoy el Gobierno de los EE.UU. ha reanudado con más fuerza que nunca su campaña de mentiras contra los hombres y mujeres cubanos que, como los miembros de la brigada médica que trabaja en Antigua y Barbuda, prestan sus servicios en todo el mundo. Vemos todo tipo de sanciones amenazantes contra gobiernos que han mantenido soberanamente acuerdos de colaboración con Cuba durante más de 20 años para brindar servicios médicos vitales a los pueblos de sus respectivos países. En su malsana obsesión contra la Revolución Cubana, el gobierno estadounidense no se detiene un segundo a considerar el hecho de que sus medidas draconianas podrían privar a millones de personas en todo el mundo de servicios básicos de salud actualmente proporcionados por colaboradores cubanos.
Esta campaña de presión y mentiras choca con la condena internacional que provoca. En Ginebra, el 13 de mayo, los Ministros de Salud de las naciones miembros del Movimiento de Países No Alineados, que incluye a prácticamente dos tercios de la población mundial, emitieron una enérgica declaración rechazando la deshonesta e injustificada campaña para desacreditar la cooperación médica internacional cubana librada por el gobierno de los Estados Unidos y expresaron su reconocimiento a los profesionales de la salud cubanos que han proporcionado y continúan proporcionando sus servicios en varias naciones alrededor del mundo. Enfatizaron que nadie con un sentido básico de honestidad puede dudar de que esto es un ataque al multilateralismo, una manipulación con fines políticos y una extensión de la agresión y hostilidad contra Cuba. Lo describieron como imperioso defender y reconocer las valiosas contribuciones de los miles de profesionales de la salud cubanos que, con enorme sacrificio, continúan brindando su cooperación.
Ni las campañas de descredito ni los efectos devastadores del recrudecido bloqueo económico, comercial y financiero impedirán que Cuba continúe salvando vidas y compartiendo sus escasos recursos con otras naciones del mundo que lo necesitan y lo solicitan soberanamente. El acceso a la atención médica es un derecho humano, y millones de personas no pueden ser privadas de este derecho inalienable por espurias razones políticas y añejos deseos de dominación imperial. Para los cubanos, la solidaridad no es caridad, sino un baluarte de independencia, justicia y paz. Es una cualidad noble que debería caracterizar a todo ser humano.
Una cita inolvidable de Malcolm X, uno de los más grandes luchadores por los derechos civiles y la dignidad humana en los Estados Unidos, nos enseña que "no hay mejor maestro que la adversidad. Cada pérdida contiene dentro de sí la semilla que garantiza la posibilidad de resurgir".