Cuba está presente por estos días en la VII Cumbre de las Américas. Su participación en la cita hemisférica responde al sólido y unánime reclamo de América Latina y el Caribe, y bajo ningún concepto implica su retorno a la Organización de Estados Americanos (OEA).

El gobierno cubano fue expulsado de ese foro regional -a instancias de Washington y sus aliados- el 31 de enero de 1962, durante la VIII Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA, celebrada en Punta del Este, Uruguay.

Tras 47 años, en junio de 2009, la OEA en su Asamblea General realizada en la ciudad hondureña de San Pedro Sula, dejó sin efecto la vergonzosa resolución mediante la cual se expulsó al país del Sistema Interamericano. Sin embargo, Cuba -digna y firme en sus principios- ratificó entonces que no regresaría a la OEA, porque no integraría una organización que comulga con los intereses del imperialismo, que ha callado ante los crímenes más horrendos; que es incapaz de representar sus valores, sus intereses y sus verdaderas ansias de democracia; y que no ha sabido dar solución a los problemas de la región.

Tal y como referenciara la Declaración del Gobierno Revolucionario publicada en ese fecha “se trata de una Organización con un papel y una trayectoria que Cuba repudia”.

Hoy Cuba está presente en la VII Cumbre de las Américas con la certeza de que no regresará a una organización que está condenada por su historia, pero asiste con la convicción de continuar trabajando por el bienestar y desarrollo de la región.

Sin embargo, aún está pendiente precisar si esta cita hemisférica constituirá un “nuevo capítulo de convivencia respetuosa y productiva o ratificará la continuidad de las amenazas y agresiones del pasado”.

Pensando Américas recomienda el trabajo realizado por la periodista Fabiola López, de la corresponsalía de Telesur en La Habana. Disponible en: https://youtu.be/DWlsKs8ifqQ