Los servicios de inteligencia de Estados Unidos tantean el terreno para que su presidente, Barack Obama, aterrice mañana en Panamá, por primera vez en siete años. Lo hará, según las autoridades, en el aeropuerto de Tocumen, al que arribará sobre las seis de la tarde, con paso expedito y, como siempre, despistando desde el aire. Antes, sus agentes habrán revisado hospitales, armado planes ‘b’ de emergencia y fijado potenciales salidas.