Por: Cristina Fernández de Kirchner
El 25 de mayo de 2003 lo conocí personalmente. Treinta años después de haber estado en la misma plaza festejando el fin de la dictadura y la asunción de Cámpora, hablaba mano a mano con Fidel Castro, la noche que mi compañero asumía como Presidente de la Nación.
Más tarde nos encontramos en la Cancillería, escuchamos juntos a Miguel Ángel Estrella, el concertista de los changos cañeros en Tucumán. Había terminado de ejecutar una de sus memorables interpretaciones. Otro país y muchos sueños.