5 de julio, 2016
Por Hassan Pérez Casabona
Carlos Marx colocó el dedo sobre la llaga, centuria y media atrás, al señalar —en no pocas ocasiones, debe reconocerse, se revisita la oncena tesis sobre Feuerbach desde miradas simplificadoras— que hasta el momento los filósofos se habían dedicado a la interpretación, a través de distintos modos del mundo, cuando lo trascendente radicaba en su transformación revolucionaria.