Por Gustavo Espinoza M. (*)
No debiera sorprender a nadie decir que, en el Perú, el futuro es incierto. Por lo general, siempre el futuro, en todas partes, es incierto. Nadie puede prever lo que ocurrirá. Pero si esto es verdad en abstracto, resulta particularmente claro en nuestro país, donde lo único seguro, es un futuro incierto.
Diversos acontecimientos han ocurrido en las últimas semanas que abogan en pro de este “presagio”. Pero estos, en los días más recientes, han dejado una estela de incertidumbre mayor, que amenaza seriamente el escenario nacional.