A Machu Picchu se puede ir por otros caminos, pero la emoción del descubrimiento de ese santuario, observatorio astronómico y paisaje de cultivos en terrazas, alcanza mayor intensidad si se va a pie por el Camino del Inca. Solo la pasión de la aventura y el esfuerzo revelan los secretos de esos parajes que el Gran Inca mandó recorrer hace seis siglos desde Cusco, en busca de un lugar para erigir palacios y templos ceremoniales.