Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, escribió José Martí en su ensayo Nuestra América.
Y con la urgencia que caracterizó los finales de su vida, sentenció: Lo que quede de aldea en América ha de despertar... ¡Los árboles se han de poner en fila para que no pase el gigante de las siete leguas!Es la hora del recuento y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado como la plata en las raíces de los Andes...