El mayor culpable de la difícil situación que atraviesa la economía estadounidense es el propio sistema político del país, revela un nuevo estudio sobre la competitividad de la Escuela de Negocios de Harvard.
El equipo de investigadores encabezados por Michael Porter sostiene que el rendimiento económico de EE.UU. alcanzó su máximo a finales de 1990 y desde entonces ha experimentado un período prolongado de debilidad, con un crecimiento de la productividad, del empleo y de la inversión más lento de lo habitual.