El Cristo de La Habana, unos símbolos que identifican esta ciudad y la obra más emblemática de la escultora cubana, Jilma Madera, fue declarado Monumento Nacional.
En la pieza de más de 20 metros de altura, Madera utilizó más de 300 toneladas de mármol de carrara y expresa la visión de la artista sobre Jesucristo.
El Cristo de La Habana es una estatua con vigor, firmeza humana y con los pies en la tierra, dijo la escultora cuando se inauguró el 25 de diciembre de 1958.