23 de Marzo del 2016
Por Alina Perera
Sin genuflexión, porque ni mis abuelos ni mis padres me hicieron bisagra alguna para bajar la cabeza, doy las gracias a Obama por haber visitado mi Isla. La cola que deja su breve paso tiene alcances de gran valor; ha sido la posibilidad de mover a fondo, entre todos, lo mejor de nuestro pensamiento. Ha sido la oportunidad de vindicar eso que el poeta cubano Eliseo Diego nombró «la ciudad humana, la Patria».