Defender sus soberanía, su derecho a la libre autodeterminación, ser el pueblo y gobierno más solidario del planeta, sobre todo en materia de salvar vidas ante las calamidades, en el campo de la educación becando miles de jóvenes de todo el mundo para que realicen en Cuba sus estudios superiores, pareciera que son, para el gobierno de EE.UU, los “pecados” que justifican esta ofensiva contra la Revolución cubana.