02 Junio 2016 
Por Martha Gómez Ferrals
El comienzo del  milenio trajo un nuevo cariz, empuje y  organización a  la colaboración médica cubana en el Caribe, América Latina y el mundo, practicada desde el triunfo de la Revolución de manera puntual.
Ese salto, si se quiere cualitativo, respondió a los imperativos de la necesidad y hermandad. En 1998, el paso de los huracanes Mitch y George por el área de Centroamérica y el Caribe había dejado una enorme secuela de devastación y dolor en varios países.