La festividad comenzó realmente hace varias décadas con un matiz religioso, cuando Cuba era colonia de España, y el fraile franciscano Antonio de Alegría colocó una cruz en la elevación que marca el norte geográfico de Holguín, conocida desde entonces como la Loma de la Cruz.
El hecho respondía a la costumbre española de colocar en los lugares más altos una cruz, cerca de las poblaciones, bajo la creencia de que ayudaba a evitar epidemias o catástrofes naturales.