El presidente de facto de Brasil, impopular por su batería de reformas, cree que conseguirá el apoyo suficiente para cambiar el régimen de pensiones.
El presidente no electo de Brasil, Michel Temer, confía en aplicar este mes su polémica reforma de las pensiones para continuar su política económica neoliberal, en medio de una impopularidad histórica.
Apenas un nueve por ciento de la ciudadanía brasileña aprueba la gestión de Temer, como parte de las encuestas que confirman un descontento social sin precedentes.