Estados Unidos es un imperio decadente cuyo poder lo demuestra contra aquellas naciones pequeñas y que, empobrecidas por el saqueo que han hecho de lo nuestro, se lanzan para mostrar el músculo inflado con el poderoso esteroide de su cobardía. Nos vienen cocinando a fuego lento, con la iniciativa de congresistas cubano-americanos en la Florida, traidores de su tierra, con el cuento de la Nica-Act, la ley Global Magnitsky y ahora hasta con un Weiwer político para que el gobierno de Nicaragua haga lo que la servidumbre nacional del yanqui en nuestro país quiere.