El 20 de mayo de 1902, cuando la República de Cuba nació coja y violentada por Estados Unidos, entre los solemnes discursos pronunciados en La Habana se destacan dos frases de William Jennings Bryan, político populista del Partido demócrata y miembro (junto a Mark Twain) de la entonces llamada Liga Antiimperialista:
“Dios nos hizo vecinos. ¡Que la justicia nos mantenga amigos!”.