Por Ricardo R. Gómez Rodríguez
Dicen los historiadores que fueron cinco balas las que derribaron el cuerpo del Apóstol, cuando incumplió órdenes de Máximo Gómez y decidió lanzarse revolver en mano contra fuerzas españolas.
Cuentan que fue una descarga cerrada la recibida de fusiles enemigos en la alta yerba, casi en paralelo con la barranca de Dos Ríos.
El humo del combate no permitió ver bien lo ocurrido y facilitó que los españoles se apoderaran del cuerpo inerte.