Si algo permite a Cuba sostener la postura recta, la voz clara y la frente alta cuando habla en cualquier tribuna internacional que ponga a debate los problemas de los pueblos, es la autoridad espontánea que concede la obra proactiva permanente de esta Isla y su Gobierno en favor de todo cuanto genere bienestar social, en base al respeto íntegro de los derechos universales del ser humano.