19 de Marzo, 2016
Por Dr. Rolando Álvarez Estévez
Un año después del golpe militar del dictador Fulgencio Batista, el 10 de marzo de 1952, los Estados Unidos habían convertido a Cuba en uno de sus santuarios predilectos para la inversión del Capital.
En 1953, Cuba se hallaba en el tercer lugar entre las naciones de América en cuanto a inversiones norteamericanas. Sólo era superada por Venezuela y Brasil, según el análisis ofrecido por Paul M. Huberman y Leo-Sweezy, en su obra ¨Cuba, anatomía de una revolución¨.