El actual “emperador” de Washington, Donald Trump, es el primer presidente norteamericano que no tiene en la Casa Blanca un perro, u otra mascota, lo que ha sido una “tradición no oficial” durante casi 130 años en Estados Unidos.
Revelaciones de diversos medios de prensa cuentan que Trump, antes de asumir el poder, trató de adoptar un cachorro de la raza Goldendoodle, conocidos por ser inteligentes, entrenables y amigables.