Por Patricio Montesinos
El hoy imperio de Washington poco se diferencia del otrora de Roma. Paga a los traidores de los pueblos y a sus “palanganeros”, como el hasta hace pocas horas presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, pero al final los desprecia y los deja abandonados a su suerte.
Kuczynski, conocido por PPK, no es el primer mandatario de este hemisferio, ni será el último, que tras arrodillarse ante Estados Unidos para servir a sus intereses hegemónicos termina humillado, y lo más probable que en la cárcel, al igual que otros tantos.