Victoria por la mínima de Lacalle, resistencia y ajuste en el horizonte de Uruguay
Por: Nicolàs Centurión
El centroizquierdista Frente Amplio, la central unitaria de trabajadores PIT-CNT, organizaciones y movimientos sociales, fracasaron en el intento de revocar 135 artículos de la represiva Ley de Urgente Consideración (LUC): la victoria fue por el NO por una diferencia de poco más del uno por ciento de los votos.
Con el 100% de los circuitos escrutados, el «SÍ» obtuvo 48,82% de los votos y el «NO» 49,86%. Por otra parte, el acumulado del voto del «NO» + voto en blanco es de 51,18%. Y hay 36.071 votos observados. La victoria fue para el No por 50.800 votos de ventaja sobre el Sí.
El presidente derechista Luis Lacalle Pou calificó a la jornada del domingo como “una etapa superada” y ahora, con una victoria ajustada, prepara al gobierno para que, reformas mediante, sigan ajustando al pueblo trabajador.
Se cierra y se abre
Se terminó una etapa que se inició hace más de años y finalizó en la madrugada del 28 de marzo. El 23 de enero de 2020 Luis Lacalle Pou antes de asumir como presidente, publicó el borrador de la Ley de Urgente Consideración.
Desde esa fecha se sucedieron las distintas modificaciones a la LUC, una campaña de recolección de firma para derogar los 135 artículos más regresivos de una ley de casi 500. La pandemia, la negativa del gobierno a la cadena nacional, el ocultamiento del oficialismo y los medios de comunicación sobre este tema, la prórroga del límite de presentación de las firmas. Así y todo se alcanzaron las 800 mil.
El gobierno no tuvo remedio que prestar atención, pero le siguió rehuyendo al debate. Siguió escapando a la confrontación argumental y de ideas. Se desarrolló una campaña mentirosa, ramplona. De las campañas posdictadura, la peor sin dudas.
El oficialismo con los medios de comunicación a favor (duplicaron sus minutos de difusión frente al SI), el aparato del Estado al servicio de la campaña, el presidente interviniendo en el último tramo y millones de dólares en publicidad que aún no se sabe de dónde salieron, tuvo que esperar a último momento para poder celebrar una diferencia similar a la que le dio el triunfo en el 2019, pero esta vez ayudado por los votos en blanco.
Los resultados arrojan una tendencia que se viene repitiendo desde que se fundó el Frente Amplio: su fuerte es Montevideo y Canelones, zona metropolitana y en el interior no hace pie. Se hace fuerte en las grandes urbes y ello explica su nivel alto de votación. Así fue la votación y se agrega en el interior la victoria en Paysandú. El resto del país se tiñó de celeste por el NO. En Artigas y Rivera, dos departamentos al norte y fronterizos con Brasil, el NO alcanzó el 67,8% y el 74.5% respectivamente.
Empate técnico
Lunes 28 de marzo. La vida corre igual por las calles de Montevideo. Parece que anoche no pasó nada. Del bullicio y el barullo de la Torre Ejecutiva presidencial en Plaza Independencia de Montevideo, con autos descapotables y de alta gama festejando, hasta las murgas y el pueblerío también festejando y resistiendo a pesar de la derrota en la Explanada de la Intendencia Municipal.
El comando del SÍ primero se concentró en la sede de la central única de trabajadores del PIT-CNT. Allí se encontraba la comisión por el voto si y José Olivera, dirigente sindical, aseguró que “no se puede seguir gobernando dándole la espalda a la mitad de la población” y que “una buena parte de la ciudadanía no está dispuesta a que se gobierne de cualquier forma”. Y luego llamó a trasladarse frente a la Intendencia de Montevideo a unas pocas cuadras de allí.
El clima en la explanada municipal no era de festejo pero tampoco de derrota. La noche la abrió Kobba, rapero contestatario que con sus líricas empezó a levantar la temperatura en la celebración del SÍ. A pesar de que el resultado daba empate técnico, no auguraba buenas proyecciones ya que el NO sumaba a su favor los votos en blanco.
Siguió la banda Pa´entrar en calor cantando el jingle de la campaña. Luego la oratoria de dirigentes de toda el arco de la comisión Voto SI. Cerró la misma el presidente del Frente Amplio Fernando Pereira. “Espero que el gobierno tome nota” del resultado obtenido en el referéndum y agregó que “Nunca jamás un resultado favorable o desfavorable va a ser el final de nuestra lucha porque luchamos todos los días por una sociedad diferente y por la justicia social”, remató Pereira.
Luego subieron al escenario la murga Metele que son pasteles y entonaron su ya clásico y combativo tema “Vamos a la plaza”. El público explotó en aplausos y gritos, destacando el final de la canción y entonando los últimos versos en un solo coro: “vendrán tiempos de mierda, habrá que juntar a toda la izquierda.”
La diferencia entre ambos festejos era de menos de diez cuadras. Los militantes del NO pasaron en decenas de autos por delante de los festejos del SI, bucandoa provocarlos. Si uno observaba el tono del festejo, podría aventurar que fue un resultado aplastante. La única explicación de este encono es que, a pesar de contar con el voto en blanco a favor, nunca estuvo clara la victoria y su forma de descomprimir fue la provocación.
Podría haber terminado en una tragedia y en desmanes varios, pero la calma chicha uruguaya logró que solo fueran roces e insultos al aire. La policía arribó al lugar tarde, desviando a los provocadores del NO hacia otra avenida. Cerró la noche la murga Mi vieja mula con el espectáculo revelación del carnaval 2022.
Versión oficial
En Torre Ejecutiva, el presidente brindó declaraciones. Expresó su “apoyo personal” a todos los “hombres y mujeres policías del país que fueron utilizados injustamente estos días de campaña, cuando nos cuidan a todos los uruguayos”. Casi una ironía cuando la policía fue utilizado en campaña a través de volantes, balconeras y carteles.
Dijo que para 2023 están pensando en la “oportunidad, la necesidad, si es que se dan las condiciones, de aflojarles el cinturón a los uruguayos en lo que hace a los impuestos, sobre todo a esa clase media baja que la pelea todos los días para llegar a fin de mes”. Promesa casi calcada de la de 2019 y que la realidad demostró todo lo contrario. Esta semana se espera el anuncio de una nueva suba de combustibles.
Lacalle Pou respondió a una pregunta sobre el rol central que pasó a ocupar sobre el fin de la campaña previa al referéndum. “Tengo la buena costumbre de hacerme cargo, no sé ir a media máquina. Creo en este proyecto de ley, creo en la LUC y sus contenidos para Uruguay”.
“Sentí la necesidad de ponerme al frente, no mido consecuencias. Después la gente juzga, pero no sirvo para borrarme”, dijo el presidente que hasta el momento no visitó una olla popular y que en Navidad fue a pasear al Congo cuando el día anterior una mutualista había cerrado y dejado a cientos de uruguayos sin trabajo en plenas fiestas de fin de año.
Lacalle Pou sortea un obstáculo importante en su gestión presidencial, a contrapelo de su padre que sufrió un duro revés en los 90 cuando el pueblo lo llevó a plebiscito su decisión de vender las empresas públicas, con un contundente 72 a 28 por ciento.
El saldo que deja esta elección es una militancia activa, que movilizó mucho desde abajo pero que no repitió los puntos positivos de la recolección de firmas. Se confirma que Uruguay tiene dos grandes bloques antagónicos y que no le sobra nada a ninguno de los dos. Se vive en un escenario casi idéntico al del 2019 pero con una izquierda movilizada y que debe mantener el ritmo y aprovechar este envión para realizar los revulsivos en sus filas que son de urgente consideración.
Con muchas dificultades en contra para llevar adelante la campaña pero también con saldos pendientes que se repiten: la falta de capacidad de comunicar de manera efectiva. Y aunque ello funcione de manera excelente, no alcanza. No alcanza con comunicar bien, hay que involucrar y hacer que el pueblo participe y no ser interprete de.
Como tituló el diario oficialista El País, “arrancó la carrera rumbo a 2024”.