Venezuela: el escándalo de los buitres y el silencio ¿imparcial?

Por: José Llamos Camejo
No es nueva ni atípica la trifulca entre buitres opositores al Gobierno bolivariano, como tampoco lo es el disfraz de ciertos políticos; se trata del mismo traje «demócrata», con sus tonos oscuros, medido y cortado con herramienta neoliberal, cocido con hilos de corrupción, y ribeteado con demagógicas peroratas.
De injusto pecaría el mundo si no reconociera el «mérito» de estos agresores del tímpano público, a fuerza de escándalos. La estridencia del más reciente alboroto acentúa en ellos esa imagen, dibujada con garras y ambición propias, merecedora de que no haya humano sin conocerla y reconocerla.
Más de un centenar de dirigentes regionales, y activistas de Caracas, acaban de abandonar las filas de Voluntad Popular (VP), partido de extrema derecha liderado por un extremista violento: Leopoldo López, quien anduvo en connivencia con Juan Guaidó.
Ávidos de liderazgos que les dé acceso a privilegios en la élite de VP, como parte de los «vicios internos» propios de esa agrupación –según el comunicado que anunció la ruptura–, los «rebeldes» aducen «arbitrariedades y malas prácticas (…) del partido».
No entienden la diferencia entre rapaces, que junto al autoproclamado buitre interino obran por igual, en beneficio de usurpadores foráneos, para que empresas como Citgo y Monómeros, por ejemplo, estén fuera del beneficio del pueblo venezolano, su legítimo dueño.
Nada o muy poco dicen los grandes medios, sobre los más de cien activistas que rompieron con esa organización. Igual le aplican silencio o bajo perfil a quienes, en busca de «tajaditas», dentro, fuera, y a costa de Venezuela, han seguido al simulador «interino» y al frustrado violento Leopoldo López –hoy prófugo de la justicia venezolana.
Si todos han aportado su cuota de ignominia contra su país, si han hecho en la misma medida su papelazo, ¿por qué la «gran prensa» los reduce al silencio? Vamos, «imparciales», ¡que no se diga!