#Temer el usurpador, y la derecha histérica en #CostaRica
Por Ángel Bravo
A raíz de la actitud del presidente Luis Guillermo Solís en la 71° Asamblea de las Naciones Unidas el pasado 20 de setiembre, al salir del recinto en el momento en que Michell Temer, usurpador de la presidencia de Brasil haría uso de la palabra, en Costa Rica la clase política entró en pánico. No podían aceptar que en un evento internacional, con la presencia de las delegaciones de todos los países, donde se supone que hay que “portarse bien”, Solís asumiera una conducta “impropia” de la tradición diplomática de una de las “democracias más antiguas y ejemplares” (cualquiera cosa que eso signifique) de América Latina.
En cuestión de segundos los portales de los diarios de ese país hablaron del desaire del mandatario costarricense; pero no fue el único que se retiró. Junto con la delegación de Costa Rica, también abandonaron la Asamblea las representaciones de Cuba, Bolivia, Venezuela, Ecuador y Nicaragua; o sea, todos los gobiernos de izquierda de la región. Haberse juntado en un mismo objetivo con gobiernos “dictatoriales”, hirió el alma “democrática y pacífica” de esa clase política oligárquica y conservadora.
Franco Arturo Pacheco presidente de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep) afirmó: “Deja la impresión (Solís), al retirarse del recinto, de estar aliados con los países del ALBA, que no son precisamente los principales defensores de los derechos constitucionales".
Los diputados más reaccionarios también expusieron su histeria. Gerardo Vargas, jefe de la Unidad Social Cristiana dijo que: "Costa Rica no puede poner a depender su política exterior de los ánimos del Presidente; desgraciadamente durante esta Administración lo que ha sido capaz de construir con profesionalismo el Ministerio de Relaciones Exteriores resulta luego, en un arrebato del Presidente de la República, destruido con el consiguiente daño para la imagen del país".
Por su parte Maureen Clarke, jefa del Partido Liberación Nacional señaló: "Los actos del Presidente Solís no representan las normas que han caracterizado la política exterior de Costa Rica. Brasil siguió un proceso establecido en su Constitución Política y respetuosos de su ordenamiento interno debemos abstenernos de manifestaciones fuera de lugar y que contradicen nuestra costumbre diplomática.” Y agregó: "Nos preguntamos si el Presidente Solís mide con los mismos parámetros las situaciones políticas internas de Nicaragua, Cuba y Venezuela, cuyas democracias presentan características de deterioro y ruptura de sus marcos constitucionales".
Sobra comentar las opiniones desacertadas y descontextualizadas de estos señores; los tres son representantes del establishment, son la voz de la clase política costarricense reaccionaria y pro estadounidense; los mismos que siempre han querido que el presidente de Costa Rica sea su títere; que haga y diga lo que agrade al Tío Sam.(Pensando Américas)
Armaron el escándalo porque esperaban que Luis Guillermo Solís se comportara como uno más de esos presidentes que asisten a las Asambleas de las Naciones Unidas para mostrarse timorato, sumiso o adulón.