Obama en Cuba: Apuntes sobre una visita anunciada

Mar 18, 2016

18 de marzo, 2016 

Por Yasel Toledo Garnache 

 Barack ObamaLa visita de Barack Obama a Cuba despierta el interés de los medios de comunicación más importantes del mundo. La Habana y todo el archipiélago constituyen otra vez el blanco de miradas, artículos periodísticos y tergiversaciones marcadas.

Internet, cual planeta digital con cerca de 2400 millones de usuarios y con el 70 por ciento de ellos conectados de forma diaria, es un manantial de caricaturas y otras imágenes y textos, con variados enfoques. En nuestras calles, algunos demuestran su esencia jaranera y también expresan “chistes” o revelan sus expectativas.

¿Cuáles son las verdaderas intenciones del presidente de la Casa Blanca y su equipo? ¿Cuánto hay detrás de la sonrisa y de su papel de pitcher durante el lanzamiento de la primera bola en el estadio Latinoamericano? ¿Cuáles son las peculiaridades de este momento a nivel mundial? ¿Cuánto podemos esperar del suceso?

La política es un juego de ajedrez y, en ese gran tablero que constituye América Latina, La Mayor de las Antillas es una pieza indispensable, más cuando la derecha sube con fuerza, Mauricio Macri campea en Argentina y barre con avances sociales del “kirchnerismo”, la situación se complica en Venezuela y, en menor medida, en Brasil, tres de las naciones con mayor poder económico en la región y con roles protagónicos en proyectos como la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América.

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De forma paralela, se desarrolló el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y EE.UU, rotas desde hacía más de 50 años por iniciativa de ellos, lo cual fue anunciado el 17 de diciembre de 2014. Más estadounidenses viajan aquí y se anuncia la realización de vuelos directos, con frecuencia.

¿Acaso esos pasos son casuales? ¿Por qué crecen las acciones de la oposición, pagada desde Washington, que, como se ha denunciado, prepara intentos desestabilizadores “especiales” para los días de la visita?

Obama instrumenta otras maneras, más contemporáneas, con el empleo de las tecnologías y una estrategia de “buena vecindad”, que tampoco es nueva, pero su objetivo es el mismo.

La luz de nuestro país, como faro entre tantas tempestades, vive uno de los momentos de más importancia, y reconocidas personalidades la aplauden. En menos de un año, vino, en dos ocasiones, el Papa Francisco, mayor representante de la iglesia católica, y, en una, el Patriarca Kirill, quienes calificaron a la nación como “un símbolo de esperanza del Nuevo Mundo”. Debilitar las esencias de la Patria de José Martí, los barbudos, Fidel y Raúl, la de los colaboradores internacionalistas, la del socialismo que persiste.., significaría un jaque casi mortal a la izquierda.

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No olvidemos que ese señor, que estará aquí, del 20 al 22 de marzo, es uno de los presidentes más carismáticos de la historia de Estados Unidos, lo suficiente como para lograrlo, a pesar del color de su piel y relativa juventud: primero, en 2008 contra el senador republicano John McCain y con 69 millones 498 mil 516 votos populares y con 365 de los 538 del Colegio Electoral. En 2012, fue reelecto frente a Mitt Romney, exgobernador de Massachusetts.

Todavía no se anuncia de forma oficial cuál será su recorrido. Varios lo sitúan en La Habana Vieja, el popular malecón…, pero lo más seguro parece su presencia en el juego de béisbol entre Cuba y el equipo de Grandes Ligas Tampa Bay Rays, para lanzar la primera bola, otra “coincidencia maestra”, que le permitirá ser el centro de atención en la principal instalación local de un deporte que es pasión en el archipiélago.

Es alentadora la madurez de la parte cubana, que declaró en editorial publicado en el periódico Granma, el pasado el 8 de marzo: “Será bienvenido con hospitalidad y tratado con toda consideración y respeto, como Jefe de Estado.”.

Con anterioridad, el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros Raúl Castro confirmó: “No claudicaremos en uno solo de nuestros principios”.

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La referida visita debe ser también un motivo de orgullo para nuestro pueblo, porque es resultado de su resistencia y logros durante más de 56 años. Es favorable el entusiasmo, aunque seguros de que los mayores protagonistas del avance de la nación seremos siempre nosotros.

A pesar de sonrisas y apretones de manos, las principales diferencias difícilmente cambiarán, aunque, como se ha expresado, es posible avanzar sobre la base del respeto y con apego a las esencias.

 (Tomado de La Demajagua)