Por: Ricardo Salgado Bonilla
Es muy difícil para el régimen golpista hondureño, esconder la enorme conflictividad social que existe en el país, ni controlar diversos frentes que se aproximan al punto de crisis. Los efectos del neoliberalismo impuesto a partir del Golpe de Estado, más la colombianización del país, ha ido erosionando la posibilidad de control del que gozaron por diez años, gracias al apoyo descarado de Estados Unidos, que mantiene a Honduras dentro de un “círculo vicioso” de sus “países sicarios”, al lado de Israel y la misma Colombia.